SUPER BOWL
La final dejará 600 millones en Nueva York y Nueva Jersey
Los dos estados implicados en la Super Bowl, que mide el domingo a los Broncos y los Seahawks, se movilizan para acoger a los más de 400.000 visitantes.
East Rutherford quiere que todo el mundo sepa que la Super Bowl 48 se juega en este pequeño pueblo de 9.000 habitantes del estado de Nueva Jersey.
Y Manhattan ha advertido a los más de 400.000 visitantes que lleguen a Nueva York y sus alrededores que si quieren divertirse deben visitar el Boulevard de la Super Bowl que desde Times Square atraviesa el centro de la Gran Manzana y cenar en restaurantes como Cipriani donde actuarán los cantantes John Legend, Marc Anthony y Mary J. Blige.
En juego están los entre 550 a 600 millones de dólares que la NFL presume supondrá el encuentro final de la Liga para la economía local de los dos estados que organizan la Super Bowl.
Nueva Jersey, donde está el MetStadium y los campos de entrenamiento donde han preparado el partido los Broncos y los Seahawks, y Nueva York, donde comerán, dormirán y beberán todo lo que quieran los visitantes a la mayor fiesta del deporte norteamericano.
“Va a ser el mayor fin de semana del año y probablemente de la historia de la NFL”, anticipa Chris Mitchell, el editor de la revista GQ.
Desde hoy, las calles del West Village, Chelsea y el Meatpacking District están repletas de largas limusinas y de aficionados, invitados de la NFL y de las compañías patrocinadoras con la cartera lista para gastar.
La fiesta en Cipriani, que además de música incluye una pasarela de modelos, comida y bebida cuesta 2.500 dólares por cabeza.
El precio de las habitaciones de hotel en la Gran Manzana se ha disparado y es muy difícil encontrar una habitación por menos de 400 dólares la noche. Y más cerca del estadio MetLife los precios han subido a una media de 453 dólares.
Una casa de cuatro habitaciones en Hoboken, en Nueva Jersey, se alquila por 40.000 dólares desde ayer hasta el domingo. En Saddle River, también en Nueva Jersey, una vivienda con gimnasio, cancha de baloncesto y servicio de asistenta cuesta 35.000 dólares la semana.
Los aficionados más ricos volarán directamente en avión o helicóptero al aeropuerto de Teterboro, en Nueva Jersey, y llegarán al campo en limusina, aunque no podrán llegar a las puertas del estadio porque por seguridad se deberá aparcar a casi dos kilómetros de distancia de las puertas del campo.
La gran mayoría de los seguidores de ambos equipos deberán trasladarse en tren o en un autobús que desde Nueva York a East Rutherford cuesta 51 dólares ida y vuelta. Y al que se podrá subir solo si se tiene entrada para presenciar el partido en directo.