TORNEO DE HONG KONG
Jiménez, de récord: gana en Hong Kong con casi 50 años
El golfista español mejora su propio récord como el jugador más veterano en ganar un torneo del European Tour. Cumplirá 50 años el próximo mes.
Para Miguel Ángel Jiménez, la fecha de nacimiento que aparece en el DNI (5 de enero de 1964) es algo anecdótico. “La edad no significa tanto como muchos piensan, los años están más en la cabeza que en el cuerpo y yo me sigo encontrando fuerte y competitivo”, dice el Pisha, que ayer ganó por cuarta vez el Open de Hong Kong con 49 años y 337 días, a la orilla de los 50 (falta menos de un mes). El malagueño acabó con el récord de longevidad de un vencedor en el European Tour, que él mismo había batido la temporada pasada (con 48) cuando logró su tercera victoria en la ciudad asiática (antes, en 2005 y 2007).
El cuarto título en el “fantástico” Fanling fue puro Jiménez: competitividad y talento. En el 17 hizo un birdie que forzaba el desempate con el galés Manley y el tailandés Meesawat. Y en la muerte súbita (en el 18), hizo una salida perfecta con el driver, con el wedge la puso en el green y quedó un delicado putt de cinco metros cuesta abajo, de esos que embocan los jugadores con magia. De los que mete Jiménez, un enamorado del campo hongkonés: “Te exige ser paciente y jugar con estrategia, te obliga a utilizar el coco y te hace pensar dónde colocar la pelota y así es como a mí me gusta jugar” describía tras fumarse su clásico puro de la victoria.
Es el segundo título español de la temporada, tras el de Fernández Castaño en Shanghai, y el número 20 en la carrera de Jiménez que ha ido “a mejor con los años”, como su otra gran pasión “el vino de Rioja”. A partir de los 40, el Pisha sufrió una transformación, descubrió “la felicidad por jugar al golf”, y desde entonces ha conseguido 13 triunfos repartidos por todo el planeta y que lo harán entrar en la cincuentena entre los 40 mejores del ránking mundial.
A comienzos de 2013, su flor y su carrera peligraron cuando se rompió la tibia esquiando en Sierra Nevada en Navidad. Fue operado, estuvo cuatro meses sin competir y en su reaparición en el Open de España de El Saler se le vio algo espeso. Sólo era un espejismo. El talento nunca se marcha. “Tengo los dos tornillos aún y me costó volver. El esquí lo aparcaré”, cuenta el Pisha, que recuperó la forma y pudo entrenarse “como siempre”. “La bola sigue moviéndose como quiero, no he perdido distancia. Todo es cabeza “ insiste el churrianero, ídolo en Hong Kong, que avisa: “Vendré a por el quinto. Mientras los jóvenes no me den la patada en el trasero… continuaré”. Su secreto: “Ser feliz”.