Grandes Ligas
Mariano Rivera pone fin a su carrera en el béisbol
A los 43 años y tras 19 temporadas en los Yankees de Nueva York, con cinco anillos de campeón, el pitcher panameño decidió retirarse
Mariano Rivera se retiró hoy del béisbol norteamericano como el caballero que ha sido en las casi dos décadas que ha vestido la camiseta de los Yankees. Agradeció a la multitud los aplausos, se abrazó entre lágrimas a sus compañeros con los que ha ganado cinco anillos de las Grandes Ligas, arrancó con su zapatilla izquierda un poco de arena del Yankee Stadium y se la guardó para tenerla siempre al lado en su Panamá natal.
El deporte nacional de Estados Unidos no va a ver en muchos años, quizás nunca más, a un hombre que tanto haya hecho por mantener los valores de este deporte que aprenden los niños y niñas cuando juegan en el parque o en el jardín de sus casas con sus padres orgullosos y les lanzan la pelota para que la recojan con sus agigantados guantes. Rivera ha sido el mejor “closer” de la historia del béisbol. El lanzador encargado de poner fin a los partidos, de lograr la victoria en la última entrada y ganar el partido para los Yankees.
En 19 años con el equipo del Bronx, toda su carrera profesional, ha logrado 652 saves, cuando el lanzador termina el partido con la victoria de su equipo. Ha jugado 19 temporadas, en las que ha ayudado a los Yankees ha ganar cinco campeonatos de las Grandes Ligas y a estar en los play-offs en 17 ocasiones.
Además Rivera ha sido All-Star en 13 ocasiones y ha convertido en la “cut fastball”, una pelota que se mueve a 140 kilómetros a la hora y llega como un torbellino al cuerpo del bateador y que, de repente, desaparece de sus ojos provocando que falle. Un lanzamiento que le ha permitido jugar en esta Liga durante 19 años y cobrar 15 millones por temporada durante muchos años.
Pocos ojos se quedaron sin llorar el jueves en el partido que los Yankees perdieron frente a los Tampa Bay Rays por 0-4 y que supone la despedida oficial de Rivera. Durante toda la temporada, los equipos de la Liga le han ido despidiendo con homenajes y regalos y él se ha reunido con los aficionados a los que tanto ha hecho sufrir derrotando a sus equipos. Le han regalado de todo, incluida una mecedora para que a su edad de 43 años se siente a descansar y una estatua con un bate roto de los cientos que ha roto en su carrera cuando, desesperados, los bateadores querían golpear una pelota que era imposible de acertar.
“Está llorando, está llorando”, dijo uno de sus jóvenes compañeros hispanos cuando le vio romper a llorar al ser abrazado por Andy Pettitte, otro lanzador de los Yankees que también se retira esta temporada. “Sabía que era la última vez y sentí algo que no había sentido hasta ahora”, dijo Rivera en su adiós definitivo del Yankee Stadium.