Hondarribia se lleva la Bandera de La Concha entre polémica

Hondarribia se llevó la Bandera de La Concha en medio de una severa polémica, ya que a mitad de travesía en la vuelta de la regata de la segunda jornada Urdaibai se le vino encima y hubo hasta cuatro toques de palas. El juez de mar no le dio importancia y decidió que la regata era válida, con triunfo del bote bermeotarra, pero el club guipuzcoano presentó una impugnación inmediatamente. El árbitro prometió que iba a ver los vídeos y se informó a Onyarbi que tenía que haber presentado el recurso en el agua, pero ésta hizo valer sus derechos en la media hora de plazo reglamentaria, porque entendía que no había defectos de forma. Según iban llegando las tripulaciones cerca de la rampa del puerto la tensión iba creciendo. Luego se sumaron los suplentes. "Es una vergüenza", gritaba en tono indignado Joseba Amunarriz, patrón de la Ama Guadalupekoa. "Manos arriba esto es un atraco", coreaban los verdes. Se cruzaron insultos, amenazas y provocaciones, y empezó a temerse lo peor. Por suerte no fue a más, en un deporte muy golpeado últimamente por el descrédito. Los jueces se reunieron en un salón del Ayuntameinto de San Sebastián y se tomaron casi una hora para decidir, mientras las tripulaciones esperaban la fumata blanca en sus botes.Se otorgó el triunfo a los verdes y se desposeyó del mismo a los azules. "Tras el choque de palas nos hemos puesto paralelos y nos hemos ido otra vez. No hay derecho que andemos así con los medios que hay hoy en día. Ha sido un rifirrafe pero en ningún momento les hemos perjudicado. Nos vamos con cara de gilipollas, es una puta vergüenza", clamaba Iker Zabala. Al remero Van Horenbeke se le fue la cabeza y se subió al barco de autoridades para arremeter contra todo. El entrenador, Jon Salsamendi, pidió calma y mandó no moverse a su cuadrilla hasta que le comunicasen en el agua que se quedaban sin bandera.

La resolución fue también chapucera, pues se filtró al puerto antes de ser comunicado a los protagonistas directos. Curiosamente, de las 11 banderas que tiene Hondarribia en La Concha, las dos últimas las ha logrado fuera del agua, ya que en 2003 también la izó por por una impugnación de Orio y descalificación de Pedreña. El abordaje dejó en segundo plano un regatón histórico. El juez de mar estuvo torpe, no supo ver la tendencia bermeotarra y fue el culpable máximo del desaguisado. Fue incapaz de ponerse a la altura de los patrones para evitar el incidente. Mandó tarde a la Bou Bizkaia a estribor y si vio los roces de palas ya tenía que haber frenado a los azules. La lucha de calles ya arrancó desde el principio. Kaiku, anclado en la uno, quiso deslizarse más rápido por estribor y Orio, con una salida a fuego, hizo valer su posición y le mandó a su sitio. La marea bajaba a la una menos diez y eso permite navegar más rápido en el campo de regatas donostiarra. Otra vez hubo máxima igualdad con un fabuloso mano a mano de tres traineras.

Urdaibai mantuvo una estrategia clara: calcó lo que hacía por babor Orio y por estribor Hondarribia: si ellos metían una serie alta, lo imitaban, si iban a una remada larga y serena, lo copiaban. La regata fue para enmarcar. En la ciaboga los txos eran los mejores, con Kaiku aún aguantando a 2,23, Orio a 2,24 y Hondarribia a 3,62. Hondarribia salió a la calle cinco para ir más protegido y aprovechar un poco la pequeña en poparilla, y Onyarbi se cruzó hacia la cuatro. Ahí llegó el roce de palas entre ambos botes y tuvo que intervenir el juez de mar para poner paz. El tramo final, con Orio agazapado por si alguno de los dos cabeceros fallaba, fue soberbio.

En la primera tanda, la denominada de consolación, Portugalete, que marcó el mejor registro en la clasificatoria y fracasó en la jornada del día 1, se había propuesto liderar el lote y redimirse de la matinal de hace una semana. Por la calle uno, dominó de brancas, pero le sujetó muy bien Tirán, que bogó por la cuatro, la mejor. Los gallegos volvieron muy bien, picando a 36 paladas por minuto y en el tramo final casi a 39, y recortaron más de siete segundos a la Jarrillera. Dentro de la bahía, una vez pasada la isla de Santa Clara, a 500 metros de meta, llevaban dos segundos de ventaja y no cedieron el mando.

En la regata femenina, Zumaia cumplió los pronósticos pese a avanzar por la maldita calle uno, pegada junto al Acuario, la que dicen tiene más corriente por la proximidad del río. La Telmo Deun salió como de costumbre, intentado romper la regata desde las primeras paladas, aunque le costó más. Los botes intentaron volver por la calle cuatro, por donde empujaba un poco más la ola. La ciaboga estuvo muy igualada, con San Juan e Hibaika dando guerra a las zumaiarras, que finalmente ganaron de forma ajustada. Las ganadoras permiten a Zumaia ser el primer club que gana La Concha en hombres y mujeres. Las tripulaciones ganadoras recibieron un bonito detalle: una bandera pequeña enmarcada.