Dufner doma Oak Hill y se lleva el primer 'major' de su carrera

Jason Dufner cogió rápidamente el camino para ganar el primer major de su vida: el PGA Championship. Tras hacer el récord de Oak Hill el segundo día (63 golpes) y aguantar el tipo en la jornada de movimiento, el peculiar golfista de Cleveland encarriló una vuelta final muy sólida donde el primer bogey llegó en el 17 (antes había hecho cuatro birdies). Fácil, sin apuros, y haciendo gala de esa rutina con balanceos, que transforma en golpes fabulosos. La formula era siempre la misma: calle, green, y adentro.

Su lema para el último tramo del torneo había sido claro: “Paciencia”. “Muchos harán bogeys y otros birdies, pero hay que ser sobrios”, recordaba Dufner, cuya ansiedad le hizo perder este mismo PGA en Atlanta ante el duro Keegan Bradley. Esta vez el estadounidense impasible parecía capaz de contenerse por fuera, eso siempre lo hace, pero también por dentro. 

El máximo rival fue Jim Furyk, un hombre que llegó lider al último día de cuatro torneos PGA en 2012 y los perdió todos. También le sucedió en este PGA. Dufner fue demasiado para el maduro Furyk, de 43 años, que sólo suma un grande (el US Open de 2003).

Los mejores españoles fueron Rafa Cabrera Bello y Miguel Ángel Jiménez, que acabaron en el Top-30. Tiger Woods siguió fallando y sumará cinco años sin un grande el día en el que Dufner, el hombre que "nunca había sido el primero en nada", famoso por su rostro impenetrable y su postura dufnering, conquistó su primer major y se embolsó los 1.440.000 dólares que dan con el trofeo Wanamaker. Casi nada. Eso sí, cuando embocó el putt del 18 no hizo ni un aspaviento. Abrazó a su mujer Amanda. Y punto.