Dufner enseña sus cartas en Oak Hill y Furyk se coloca líder

Jason Dufner parece un tipo impasible. Su rostro no transmite estados de ánimo en el campo... Si está triste, alegre o nervioso... Nadie lo nota. “Sí tengo emociones, pero las escondo mejor que otros”, decía el estadounidense, uno de los favoritos a ganar el trofeo Wanamaker del PGA Championship de Oak Hill. Es carismático y un muy buen golfista. Su récord del campo del segundo día (63 golpes) y la mejor vuelta en la historia de un major, igualado con otros 23 hombres, dan fe de ello. “Nunca he sido el primero en nada, tal vez por ello no consiguiese embocar el putt para 62 (habría sido la mejor en la historia de un grande en solitario)”, aseguraba, sin sonreir ni enfadarse, el de Cleveland, querido por declaraciones así.

A Dufner, que hace un extraño balanceo en su rutina previa al golpe, también se le aprecia por una foto que se hizo con medio cuerpo en el suelo y los brazos rígidos que motivó el dufnering, un movimiento que hizo que grandes jugadores del Circuito (Bubba Watson, Snedeker, Jacobson...), y luego aficionados, le imitasen. Hasta los organizadores de este PGA se apuntaron a la moda de Dufner, que aguantó el tipo en la tercera jornada.

El otro candidato también tiene un swing peculiar. Se trata de Jim Furyk (terminó líder en -9), el maestro del approach, que está sacando su mejor repertorio en Oak Hill, algo que rubricó con un espectacular birdie en el 18. Los suecos Henrik Stenson y Jonas Blixt, y Adam Scott, se apuntan a la pelea en un campo, que fue benévolo dos días y ayer mostró su cara salvaje. Cabrera Bello (+2) es el mejor español y Tiger Woods naufragó definitivamente.