Merion no da descanso a la muñeca izquierda de Tiger

Solo en un campo como Merion (Pensilvania) se puede explicar que los componentes del partido estelar del US Open, los tres primeros del mundo, sumen en dos días un total de 30 bogeys. Y eso hicieron entre Tiger Woods, Rory McIlroy y Adam Scott.

“Es difícil por el viento y la ubicación de las banderas (que allí son cestas). Cuando hice las prácticas me di cuenta de lo duro que sería. Los hoyos son cortos, pero si no coges calle, no puedes llegar a los greenes y estos son largos y brutales. No pensaba que fuera a ser tan severo. Es el campo con los pares 3 más complicados que he visto”, contaba sobre Merion Tiger, con molestias en su muñeca izquierda, que acabó en +3 con nueve bogeys en los primeros 36 hoyos (26 jugó ayer) de este escenario con alto rough, de corta distancia (6.500 metros), pero engañoso.

Este resultado le habría descartado de toda opción de victoria, pero lo positivo en este US Open es que todos sufren las inclemencias de la cancha de Pensilvania (en el turno de mañana solo Horschel acabó bajo par) y sigue con aspiraciones a todo: “No sabemos qué resultado hará el ganador. Si acabará por encima del par o no. Lo que está claro es que las condiciones no van a ser más fáciles que hasta ahora. Queda mucho camino por recorrer”.

Idéntica tarjeta que Tiger hizo McIlroy, ganador en 2011, que esta temporada está perdido con sus nuevos palos. Con su +3 está “muy feliz”. “Llego en buena posición para el fin de semana”, decía el exnúmero uno, de 23 años, que añadió: “Todavía pueden ponerlo mucho más duro”. Fernández-Castaño concluyó también en +3 y ya en Casa Club dejó un claro resumen en Twitter: “El campo te deja agotado en todos los sentidos, física y mentalmente”.

Phil Mickelson acabó su vuelta en -1, líder igualado con Horschel. Esta segunda jornada no pudo acabar por falta de luz y Sergio García se quedó con tres hoyos por jugar cuando estaba en +6. Chema Olazabal no pasó el corte.