MASTERS DE AUGUSTA
Scott rompe la maldición y da el primer Masters a Australia
El australiano conquistó su primer major al derrotar en el playoff al argentino Ángel Cabrera. Tiger terminó cuarto y Sergio García, noveno.
Lo que no logró Greg Norman, lo ha conseguido Adam Scott, que ya es el primer australiano que se enfunda la chaqueta verde desde que el Masters de Augusta naciera en 1934. El Tiburón Blanco estuvo a punto de ponérsela en el 1996, pero Nick Faldo se la arrebató. Day y Scott, dos de los protagonistas de este torneo, llamaron a las puertas en 2011. Schwartzel se las cerró. Y ayer el Pato Cabrera quiso ser verdugo, pero Scott necesitaba solventar sus cuentas pendientes con los majors y derrotó al argentino en el segundo hoyo del desempate. El Masters era para los oceánicos.
Hasta el tramo final no se decidió quién de los dos aussies iba a ser el pionero. Day llegaba con la vitola de haberse expuesto al liderato del torneo durante muchos hoyos. Scott iba sigiloso, desde atrás, cerca de los puestos de cabeza y haciendo birdies con su putter escoba. “Siempre pensé que un australiano tenía que ganar el Masters”, decía Norman, animando a los suyos. Y el título fue para Adam Scott, de 32 años y contémporaneo de Sergio García, que acabó los 18 hoyos igualado (-9) con el Pato Cabrera, ese argentino de casi 100 kilos que se hace gigante en los grandes.
La historia por nacionalidad y experiencias anteriores no pintaba bien para el australiano. Cabrera ya tenía una chaqueta verde, ganada en 2009 al desempate. Y Scott, sin ningún grande en su palmarés, ya se había quedado a las puertas de Masters, British y PGA. “No sé qué más hacer para conseguir una victoria”, había dicho más de una vez.
Comenzó el primer asalto en el 18. Cabrera dio un segundo golpe magnífico. El aussie respondió. Birdie para los dos. La segunda fase era en el 10. El argentino tenía la iniciativa en el green y dio un putt magnífico, pero se quedó a milímetros de entrar. Le tocaba a Adam Scott, que atendía a Steve Williams, el viejo caddie de Tiger. Preparó la escoba, golpeó y... dentro. “Así es el golf. Adam es justo ganador”, decía resignado Cabrera.
Y de Tiger Woods... acabó fuerte (-5),lastrado por la penalización de dos golpes por dropaje ilegal, que para muchos debería haber sido una expulsión, pero que de no producirse le hubiese llevado a luchar por la chaqueta verde. Esa que hace que el golf australiano ya tenga todos los majors en sus sala de trofeos.
Sergio García salió a la última vuelta del Masters sin nada que perder y eso desinhibió su juego, que se asemejó mucho al de la primera jornada cuando termino líder. El de Borriol hizo cuatro birdies, para concluir el torneo en -3 y en el top-ten, aunque no pudo poner la guinda en el 18 donde hizo bogey. Gonzalo Fernández-Castaño finalizó 20º en el segundo Masters de su carrera en el que ha demostrado su capacidad competitiva (+1). Olazábal acabó el 50º. Los tres se verán las caras la próxima semana en el Open de España.