Rugby | Mundial de Nueva Zelanda
Argentina murió con gloria frente a la zaína Inglaterra
Francia, Fiji y Escocia también sumaron victorias
Los himnos con letra, más allá de su musicalidad, operan en el rugby como estimulantes sonoros, armónicos credos que los jugadores plasman en el campo de juego cegados por la emoción. La marcha argentina solivianta el orgullo patrio en sus versos finales sin dejar lugar a la duda: "...coronados de gloria vivamos, o juremos con gloria morir".
Ayer los Pumas, que desayunaron napalm para enfrentarse a una grosera Inglaterra vestida de negro, apelaron a la dimensión emotiva, política e histórica de la contienda. Convirtieron las melés en guerras y los rucks en cuestión de vida o muerte. Y ahí, en los terrenos de la épica, laminaron a su desarbolado rival con grandes dosis de compromiso. Sobreexcitados, pero sin sofisticación rugbística, los argentinos acongojaron a los británicos con un ritmo trepidante al galope de los violines de la Cabalgata de las Walkirias. Su arrojo, sin embargo, pesó en el parte de guerra: Tiesi, Contepomi... Pero Argentina no disminuyó el ritmo bajo la premisa de menguar la posesión del XV de la Rosa. Y aunque Wilkinson y Rodríguez intercambiaron errores (¡cinco por cabeza!), los Pumas lograron un inquietante 9-3 ahondando en la mediocridad de Deacon, la arrogancia de Thompson y Haskell y la vulgaridad de Wiggeslworth. Sin balón, desarmaba a la caballería enemiga: Foden, Ashton, Tuliagi, Armitage...
Cansado de ver a los suyos dar dos pasos antes de transmitir la bola, el seleccionador inglés tiró de Hartley, Stevens y Young justo cuando la delantera albiceleste comenzaba a flaquear. Y en una pelota acelerada a la salida de una touch Youngs clavó un ensayo en el corazón puma, partiéndolo por la mitad. Argentina, al que el rugby le fluye desde el pecho y la entrepierna, se desangró heroicamente (13-9).
La jornada deparó, además, la atragantada escocesa ante una Rumanía rudimentaria que acarició el triunfo con su pick and go (34-24), la constatación de que Japón ha dejado de ser el invitado exótico y un Fiji-Namibia en el que ganaron los polinesios sin perder los africanos. El día que Argentina murió como había jurado: con gloria.