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Juegos de invierno Turín 2006 | Decimocuarta jornada

Rienda perdió el sueño

Desde hace dos años no obtenía un resultado peor. Acabo la 13ª

<b>CONTRATIEMPO. </b>Rienda llegó a celebrar el tiempo de su primer descenso. Luego fue 17ª.
REUTERS

El sueño olímpico duró un minuto, dos segundos y 28 centésimas, el tiempo que la primera participante del gigante, María José Rienda, tardó en cubrir la primera manga. La granadina alzó el brazo en señal de celebración y saludó a la grada, donde estaban los Príncipes de Asturias. En ese momento todavía no sabía que ese crono, finalmente el 17º, iba a convertirse en la tumba de su medalla. En la segunda manga sólo remontó cuatro puestos para acabar la 13ª.

Una ojeada a sus datos revela que esta clasificación de Rienda no es normal. Sin contabilizar tres descalificaciones, desde el 7 de febrero de 2004, cuando terminó 18ª en Region Arber (Alemania), la granadina no obtenía un resultado peor. De esa misma fecha también data una primera manga más pírrica: 18ª.

La presión.

Rienda se encontró ayer con varios condicionantes deportivos que la perjudicaron, pero seguramente no son los únicos que explican su rendimiento. La andaluza ha tenido que cargar sobre sus esquís con la presión de ser la única española con opciones a una medalla. Quizá esa responsabilidad acabó por rematarla. Salir la primera no perjudica si la pista está limpia. Rienda ya venció en Ofterschwang con el dorsal 1. Pero cuando cae nieve, la cosa cambia. En Sestriere hubo precipitaciones toda la noche.

Esa capa de nieve ralentiza la velocidad de las primeras participantes. El mal tiempo, además, obligó a recortar la pista 60 metros, cuando María José prefería un recorrido largo, más físico.

Otro contratiempo fue el marcaje (colocación de las banderas) del esloveno Janek Slivnik, con un primer trazado fácil y rápido. Rienda, que se crece en bajadas técnicas, no supo interpretarlo. La segunda manga, diseñada por el croata Ante Kostelic, presentó mayor dificultad. Ahí arriesgó en busca de la remontada, pero cometió un fallo definitivo. La gesta no era imposible, como demostró Anna Ottosson, que escaló desde la 13ª plaza hasta el bronce.

El podio lo integraron tres esquiadoras que no han ganado esta temporada ningún gigante. Julia Mancuso, oro, se había acercado en Ofterschwang con un tercer puesto. Tanja Poutiainen, plata, dominó la pasada campaña, pero en ésta no se había asomado. Y Ottoson no subía al cajón desde 2002. Son las cosas del esquí.