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Ciclismo | Vuelta a España

Crono de foto-finish

Rubén Plaza venció a Roberto Heras por sólo 577 centésimas

Actualizado a
<b>EL LLANERO SOLITARIO. </b>Un curioso espectador montado a caballo observó el paso de Rubén Plaza, ganador ayer y revelación de la Vuelta.
dani sánchez

Cuando la emoción parecía agotada, la última contrarreloj de la Vuelta a España deparó un desenlace vibrante que, aunque no afectó al orden del podio, dejó un magnífico sabor de boca, ya podían ser así todas las cronos, cuesta abajo, con el viento soplando de popa y los favoritos volando en el mismo segundo.

La etapa fue anti-siesta y nos confirmó que lo mejor de esta edición se ha vivido en los descensos, basta recordar cómo cimentó Heras su triunfo. Ayer, prácticamente, cada corredor que iba pasando por un punto de referencia marcaba el mejor tiempo, lo que provocaba un delicioso baile en las clasificaciones provisionales. Casi una docena de ciclistas se sintieron, en los momentos de la verdad, reinas por un día, o por un minuto, y por eso a su llegada los deberían haber besado las muchachas del podio, hubiera sido un detalle, un beso sin promesa de amor de eterno, como son casi todos.

En esas condiciones de frenesí desatado se presentaron los siete últimos. Fue entonces cuando Rubén Plaza marcó el mejor tiempo. Los destacados de la general igualaban sus referencias personales, segundo arriba o abajo, y amenazaban el registro de Plaza, más exigente de lo que parecía: Mancebo se quedó a diez segundos, Sastre a cuatro y Menchov a seis.

Sin embargo, daba la impresión de que Heras no fallaría y lograría su primer triunfo en una crono llana (o así), la manera en la que sellan sus triunfos en las grandes vueltas los verdaderos campeones. Un comentarista de TVE se entretuvo en contar sus pedaladas por minuto: 101. La incertidumbre fue como deshojar una margarita a cámara rápida: ganaría Heras, no lo haría, lo haría, no lo haría, lo haría y no lo hizo... por medio segundo, 577 centésimas. Quizá ese tiempo equivale a la diferencia de peso entre ambos: Plaza 80 kilos y Heras, 60. No lo descarto: mi colega y amigo Frederic Hermel me asegura que Fignon perdió el Tour del 89 por la resistencia al aire de su coleta en la última crono, la que le ganó Lemond.

Chicos de oro.

La enorme felicidad de Rubén Plaza (25 años de oro puro) no la empañó siquiera el hecho de haber renovado con su equipo justo el día antes de su victoria, con lo que suben los contratos con los triunfos. Salvo cambio en la fisonomía del UCI Pro Tour, la temporada que viene no podremos ver su inminente progresión en las grandes pruebas del calendario internacional, ya que el Comunidad Valenciana no está incluido en ese club exquisito. Habrá que conformarse con contrastarlo en el próximo Mundial contra el reloj. Por cierto, el éxito de ayer se lo dedicó a su tío Anselmo, "que lo está pasando mal". El ciclista es un deportista que conserva una encantadora ternura.

Aunque no pudo culminarla con un triunfo en la crono, Heras se proclamará hoy campeón de la Vuelta por cuarta vez consecutiva, algo que nadie había logrado. Y lo conseguirá con la mayor diferencia (4:36) desde que la ganara Alex Zülle en 1997 (5:04 sobre Fernando Escartín). Manolo Saiz también será el director con más triunfos caseros en su palmarés, aunque siempre tuvo muchas vueltas. Hoy, camino de Madrid, el líder estrenará bicicleta dorada. Debido a las obras, le recomendaría que fuera de mountain-bike.