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Condenado por impaciente

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No pudo ser. A Tommy Robredo, a quien le faltó una dosis extra de paciencia y piernas en los momentos decisivos del encuentro, se le atragantó la segunda ración consecutiva de tenis ruso. El de Hostalric, que no pudo mejorar la actuación del 2003, edición en la que ya alcanzó la antepenúltima ronda en París, dejó al joven Rafa Nadal, que este viernes cumplirá 19 añitos, solo ante el peligro y ante Roger Federer, el 'jugador total'.

El enorme talento natural de Robredo, mermado en parte por la brillante victoria en octavos de final ante Marat Safin -verdugo de Ferrero y ganador del primer Grand Slam de la temporada-, no fue suficiente para doblegar al hasta ahora casi desconocido Nikolay Davydenko, la nueva joya de la cantera rusa. Un jugador capaz de golpear con gran potencia a la bola y que se vuelve temible por su notable seguridad desde el fondo de la pista. El 'nuevo Yevgeny Kafelnikov' cimentó su victoria sobre el español en la contención de sus errores no forzados, la misma táctica que llevó a Safin a imponerse a su viejo amigo Juan Carlos Ferrero una ronda antes.

Pese a todo Tommy Robredo puede hacer las maletas tranquilo. Se ha vuelto a reivindicar como una de las cuatro mejores raquetas del tenis español, pese a la reincidente tendencia del gran público a olvidarse de él. Enfrente se encontró a un jugador en plena forma, que arrancará la semana próxima clasificado en el top ten de la ATP, reciente ganador en St. Poelten -Robredo aún no se ha estrenado en el 2005- y que alcanzó las semifinales en el Conde de Godó, el Masters Series de Hamburgo y en Doha.

El bueno de Tommy Robredo, que debe su nombre a la pasión de su padre por la homónima ópera rock de The Who, volvió a vaciarse sobre la pista, lo que le permitió resucitar hasta en tres ocasiones en las últimas dos mangas. La primera reacción heroica le permitió enderezar el cuarto set (6-4) y forzar el quinto. La manga definitiva, debido a la presión y el cansancio, resultó vibrante e intensa, con continuas alternancias en el marcador. Pero todavía le restan años -acaba de hacer 23- para engordar la extensa lista de españoles que han conquistado París. De momento, Nadal se basta y se sobra.