El accidente de López de Munain estremeció al Giro
Sufre múltiples fracturas y un preocupante neumotórax


Cuando la RAI repetía la caída de Alberto López de Munain, un periodista francés preguntó a dos españoles: "¿Cómo se llamaba Santisteban? ¿Era Manuel?". Por el Giro sobrevoló el recuerdo de aquel 21 de mayo de 1976, cuando el cántabro del Kas perdió la vida en Sicilia. La imagen del alavés del Euskaltel estremeció de tal manera que hizo pensar en lo peor, aunque por fortuna está fuera de peligro, pese a tener fracturados nueve costillas, la clavícula, la escápula y el hombro izquierdos. También sufre un neumotórax, que le fue drenado ayer.
López de Munain se cayó a 46 km de la meta y se golpeó con el guardarraíl. "Cuando llegué estaba inconsciente... Vino el médico de la carrera y le dio la vuelta. Creo que fue en ese momento cuando abrió los ojos. Entonces me dejaron de temblar las piernas", explica Miguel Madariaga, manager del Euskaltel. Después de que el doctor le aplicara el tubo de Guedel, para que Alberto no se tragara la lengua, fue trasladado en ambulancia al hospital de Cetraro.
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"Ha sido en la ambulancia donde ya ha dicho las primeras palabras: ¿Qué me ha pasado? ¿Dónde estoy?", cuenta Madariaga, que acompañó a Alberto al hospital y que ya no se separará de él hasta que no lo deje en su casa. A la primera prueba que se sometió fue a un TAC, que descartó daños cerebrales. "Era lo que más nos preocupaba. Los resultados nos han tranquilizado muchísimo".
A las 19:30, el director del hospital, Arturo Laino, ya se atrevió a emitir un primer comunicado ante una audiencia exclusiva de cinco periodistas españoles: "Queremos tranquilizar sobre el estado del paciente, que no depara una excesiva preocupación y está consciente. Tiene varias fracturas y contusiones, pero lo peor es el problema del tórax. Seguirá en observación con una terapia intensiva".