Barça-Madrid: ha estallado la paz

Lo cuenta aquí debajo Tomás Roncero: el Barça se propone invitar al Madrid al próximo Gamper y el Madrid querría asistir. Por supuesto, la invitación sólo será oficial cuando el Madrid esté en disposición de decir que sí, o lo que es lo mismo, cuando tenga claro que puede disponer de una fecha libre en agosto, que coincida con el Barça. Y, no nos engañemos, cuando ambos clubes entiendan que el partido puede ser económicamente rentable. En todo caso, el gesto está ahí. Ha sido propiciado por el Forum Cultural Barcelona 2004 y tiene un valor simbólico inmenso.

El Madrid lo fundó un catalán, Carlos Padrós, como catalán (a medias con un vasco) fue el creador de la Feria de Sevilla. España está cosida con hilos invisibles. La pretensión de que cada Barça-Madrid o viceversa sea un episodio canalla es estúpidamente infantil. Es verdad que cada cual puede buscar en el baúl de sus recuerdos agravios que arrojarle a la cara al contrario: que si Kubala, que si Di Stéfano, que si Guruceta, que si Gracia Redondo, que si el gol de Rivaldo, que si el cochinillo de anteayer. Pero hacer tal cosa es entregarse a un ejercicio baldío, cultivo de la discordia.

Por eso es muy acertado este intento de llevar al Madrid al Gamper, que debería ser correspondido con la invitación del Barça al Trofeo Bernabéu. Y por eso mismo es muy difícil de entender (y me sabe mal decirlo) la actitud de Laporta respecto al cierre del Camp Nou. Su decisión de mantener el recurso ante la justicia ordinaria es insolidario y ofensivo para con el colectivo general del fútbol español. Es su único lunar en una política por lo demás ejemplar, que aísla a los ultras y propone una hermosa paz con el Madrid. Ojalá rectifique. Todos saldríamos ganando. Dos partidos no son nada.