Sobre Luque, Luis García, Casillas y otros

La primera vez que Florentino Pérez me razonó su apuesta por la cantera echó mano de un ejemplo: "El Madrid vendió a Víctor para tener dinero para comprar a Ognjenovic. Eso es lo que nunca haremos". Lo pensaba ayer viendo a Víctor en el Camp Nou, jugador feliz de un Depor que está en lo mejor de su historia, y pensando qué fue de Ognjenovic cuando llegó el gol de Luque. Y no pude menos que recordar que Luque es producto de la cantera del Barça, de la que salió como alma errante para convertirse, con el tiempo, en un lujo para el Depor y para el fútbol español.

¿Cuántos jugadores habrá fichado el Barça en los últimos años mientras Luque se buscaba la vida? ¿Cuántos le han servido para algo? Seguía pensando eso cuando vi un golazo colosal en Albacete (en días así uno está a dos televisores). Golazo de David Sánchez, canterano del Barça, cedido. El mismo David Sánchez sirvió poco después un pase espléndido para Aranda, que acabó en el tercer gol de los suyos ante la Real. ¿No vale este David Sánchez para jugar en el Barça? ¿No merecería la pena darle confianza en lugar de seguir fichando tránsfugas que van y vienen y no dejan nada tras de sí?

Y, mientras, en el Camp Nou, Luis García venga a jugar. Hasta ensombreció a Ronaldinho. He aquí un canterano que se acabará salvando si finalmente la falta de entusiasmo de Overmars (el fichaje más caro en la historia del Barça) acaba por hacer que Rijkaard entre en razón, como parece que ya está ocurriendo. Y no me olvido de que poco antes en Vigo el Madrid ganaba 0-2, con Pavón y Raúl Bravo de centrales y Casillas cumpliendo, a los 22 añitos, su partido oficial número 200. Resumen: es bueno apostar por la cantera. Es una apuesta en la que sólo pierden los intermediarios.