El perfil Rubén Xaus
Un ligón que sólo quiere ser el mejor
Rubén Xaus es el nuevo subcampeón mundial de Superbikes, el único español que ha conseguido esa brillante clasificación. Pero él aspira a algo más...
Neil Hodgson es el campeón del mundo de Superbikes, pero al menos en algo envidia al subcampeón, Rubén Xaus: le gustaría ligar en los circuitos la mitad de lo que lo hace su compañero de equipo español. Y es que Xaus va en moto como un avión, pero además es un chaval guapete de 25 años, que desde su complexión atlética de 1,83m parece causar furor entre las seguidoras femeninas de este otro Mundial de cuatro tiempos.
Quizá lo haga tan bien (lo de montar en moto, claro está) porque a los cinco años su padre le compró una Montesa Cota 25 y desde entonces no se ha bajado de un aparato con dos ruedas. Y si ha llegado a ser el segundo mejor piloto del mundo de Superbikes es porque asegura que lo menos le gusta es perder... así que puede que por eso el campeón Hodgson se vaya el año próximo a MotoGP, temeroso de que ese catalán de San Cugat cumpla un año más e intente bajarle del machito. Porque pundonor y calidad para hacerlo tiene a raudales.
Su talento innato para ir en moto ya lo apreció Sito Pons en 1995, cuando le ofreció una Honda 250 para correr cuatro grandes premios de 250cc. Entonces, con sólo 17 años, el desafío le sobrepasó y muy pocos se dieron cuenta de su verdadero potencial, aunque era cuestión de tiempo que explotara. Por su envergadura lo suyo eran las motos gordas y las Supersport fueron su siguiente desafío, como paso previo y obligado al certamen absoluto de Superbikes.
Fue ya en 1999 cuando subió a lo más alto del podio de la clase máxima, para incorporarse al equipo oficial Ducati en 2000, la escudería más poderosa del Mundial. Desde ese instante, con una máquina ya competitiva, su progresión ha sido imparable hasta llegar al subcampeonato mundial. La siguiente meta, obviamente, es el título y se prepara para conseguirlo mientras disfruta de sus aficiones: esquiar, hacer motocross, conducir su Audi RS4, escuchar opera (sí, opera, aunque también le encanta el heavy metal)... y seguir ligando, que para algo mantiene a gala su soltería.