NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Dos días que rescataron la Vuelta

Hace algún tiempo leí una entrevista de Woody Allen en L’Equipe. Se confesaba gran aficionado al deporte y venía a decir algo así como que te puedes meter en una obra de teatro, en una película, en una novela, y sentirte absorbido y transportado por el argumento. Pero que la capacidad que tiene el deporte para cambiar el guión, esa forma de alterar todos los planteamientos, alterar el final previsto y provocar en el espectador una emoción incomparable que te arrebata y transporta, sólo se encuentra en el deporte.

La Vuelta a España ha sido una prueba más de eso. Dos etapas en la sierra de Madrid han valido más que las dieciocho anteriores y han revelado lo inútil de ese ciclismo de pizarrón y pinganillo que algunos cultivan. Dos días que castigaron a un hombre bueno en el que no creía nadie, ni siquiera él, y ése fue su único pecado. Dos días para coronar a Roberto Heras, el bejarano astuto que ha sabido desdoblar su carrera: gregario de Armstrong en el Tour de Francia, líder ganador en la Vuelta a España.

Dos días para un vuelco también en la clasificación por equipos, un premio menor pero que tiene su aquél, justo este año en que los dos grandes desaparecen. Y dos días para que nos quede un buen sabor de la Vuelta a España, que no será la mejor de las tres, pero que es la nuestra y necesitaba de un final así, para hacernos hablar, vibrar y discutir. Y llenar la Castellana y la Cibeles y emplazarnos para el año próximo a ver cómo progresan Nozal, Valverde y demás. Dos días para animar a posibles patrocinadores, que falta hace.