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Antecedente positivo

Actualizado a

Siempre me ha sorprendido el abismo que existe en España entre el optimismo delirante de unos (cuando se trata de fútbol) y el pesimismo crónico de otros (para los demás deportes). Ya veo a estos últimos dar por perdida la final de la Copa Davis semanas antes de que el equipo español se subiera al avión. Sin querer dar lecciones y me acusen de ser un francés arrogante siempre dispuesto a hablar de los éxitos de los míos, me gustaría transmitir un soplo de esperanza desde el otro lado de los Pirineos.

Nada es imposible, lo hicimos hace dos años. Allí en Melbourne, en el otoño del 2001, Francia venció por 3-2 a los australianos en estas mismas condiciones que van a encontrar los españoles. Claro que ellos se sienten bien sobre hierba pero este césped cultivado en invernadero y transportado después no aguanta nada y el último día se vuelve mucho menos rápido. Los franceses supieron aprovecharlo, los españoles tendrán que contar también con esto. Pero eso no fue decisivo en nuestro triunfo, lo esencial fue lo mental. El primer día, Escudé fue capaz de dominar a Hewitt, el ídolo local, y con esta hazaña se sintió imbatible. En doble, Santoro y Pioline doblegaron a Hewitt y Rafter. España podrá imitar a Francia. Claro, si a nadie le pasa como a Ferrero antes de ayer...