Si no sale un Makelele, el proyecto falla

Makelele se ha convertido en una cuestión, pese a ser sólo un jugador de complemento. Especialista en lo suyo, sí. Atento, rápido, con el mapa del partido en la cabeza, humilde para no adornarse, sencillo en la entrega, sabio para la falta táctica sin demasiado costo en tarjetas... Parece poco, frente a lo que hacen otros: las arrancadas de Ronaldo (una manada, en feliz imagen de Valdano), las exquisitas maniobras de Zidane, las carreras inatajables de Roberto Carlos, la persistente eficacia de Raúl, la soltura de Figo por todo el frente de ataque, el excelso toque de balón de Beckham....

Lo de Makelele parece poco frente a todo eso. De hecho esos veinticuatro millones de euros que el Madrid ha cobrado (toca teja, previa llamada al Banco de Escocia, que giró en veinte minutos) suenan a buen negocio. Pero la afición blanca está inquieta. El equipo tiene todo lo que hace falta para construir y meter goles, pero por mucha perfección que se reúna, no todas las arrancadas acaban en gol. Como mucho, una de cada veinte. En los demás casos, el rival caza el balón, arranca y va hacia Casillas. Se necesitan barreras para frenarle. Casillas hace milagros, pero no abusemos de él.

Así que hace falta un Makelele. ¿Quién será? La versión más audaz (opción nudista, la llama Juan Manuel Trueba) propone juntar a Guti y Beckham en la media y abrumar al contrario a fuerza de puro buen fútbol. Versiones más prudentes proponen a Borja, canterano al que Queiroz aún no ha dado galones, o a Raúl Bravo, que tiene velocidad, atención y sensatez. Lo único seguro es que si el club no fuera capaz de sacar de la cantera un sustituto de Makelele, eso significaría que el proyecto (zidanes y pavones) está mal concebido. Dicho de otra forma: Queiroz se juega el pellejo en esta búsqueda.