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Hacia una tenebrosa crisis de la Segunda

Cuesta abajo en la rodada, el G-30 se cerró ayer otra salida. Lo primero que llama la atención es el absurdo táctico. Viene a decirle a Audiovisual: como no me pagas por el caballo lo que yo creo que vale, le rompo una pata, ¡ale! Lo segundo que llama la atención es la sumisión de la Segunda División al control de los cabecillas del grupo. Porque la Segunda seguiría cobrando lo mismo, un millón de euros por cabeza aun en el imposible supuesto de que Audiovisual subiera su oferta. Los beneficiarios serían el Celta y el Mallorca. Y la Segunda corre grandes riesgos con la algarada.

Porque por un lado existe la posibilidad de que Audiovisual retire la oferta por los partidos de esa categoría, y se ahorre así veintidós millones. La Segunda no tiene rendimiento en la televisión de pago, y si se ha venido ofreciendo ha sido como logro de una Liga unida. Pero ahora la Liga se ha quebrado, los grandes han llegado a la conclusión de que este modelo de convivencia es ya inviable, y más pronto que tarde esta crisis desembocará en una separación de las categorías. Y la Segunda, en realidad una categoría subsidiada por la televisión y las quinielas, se resentirá fatalmente de ello.

Por lo demás, la asamblea de ayer está impugnada por el G-12. El CSD decidirá sobre la impugnación, y de las palabras de ayer de Gómez Angulo ya se sabe lo que se puede esperar: ha dicho que habrá Liga. Los que dentro de una semana sigan agarrados al patético carro de Javier Tebas y Alfredo Rodríguez son libres de no presentarse. Pero partidos habrá. El que no vaya perderá el partido y tres puntos a descontar después. El que dos veces seguidas no acuda será descalificado. Algunos ya ven en este asunto la ansiada oportunidad de rebajar por fin el número de clubes en Primera.