Villar tenía mejores ocupaciones

Fue un acto sencillo, con carácter de reclamo solidario hacia Galicia, obligada a sufrir el chapapote por una concatenación de egoísmos, descuidos e ineptitudes. Fue la presentación formal de un partido que enfrentará al Real Madrid con un combinado del Depor y el Celta, el próximo martes 15 de abril, en el Bernabéu. En Semana Santa. El partido merece que usted aguante unas horas o un día su salida, si es madrileño. O, si es de otro sitio, que aproveche la ocasión para darse una pasadita por Madrid, que tiene más cosas que ver y en esas fechas, sin tráfico es una delicia.

Hace poco conocimos la encuesta de la Generalitat de Catalunya (fuera sospechas) según la cual el Real Madrid es el club favorito en ocho comunidades autónomas, el segundo más querido en siete y el tercero en las otras dos. Eso lo ha alcanzado tanto por la excelencia de su juego y de sus resultados como por su estilo. Algo difícil de definir pero fácil de explicar con ejemplos concretos. Por ejemplo, con su reacción ante esta asquerosa desgracia del chapapote, a la que responde ofreciendo lo que menos le sobra: una fecha libre para jugar un partido, extraída de un calendario infernal.

Una fecha que cae cinco días antes de la visita del Barça al Bernabéu, dicho sea de paso. Con gestos así (Sanz hizo algo similar cuando las inundaciones de Badajoz) el Madrid agradece un fervor por el que se siente obligado (y lo está) y que a su vez se renueva con estas cosas. También por eso es diferente, y no debe costar nada elogiarlo. Como no debe costar nada criticar la increíble ausencia del presidente de la Federación, Ángel Villar, que no estuvo. Le representó el presidente de los árbitros, Sánchez Arminio. Villar estaba en Alemania, ¡en el cumpleaños de su colega alemán! Pues qué bien.