Rareza: un árbitro inglés malo

Antes de que pasen más días quiero dejar patente aquí mi extrañeza por el pésimo arbitraje que tuvimos que contemplar en Dortmund, sin mayores daños, afortunadamente, pero imposible de digerir. Y más en un árbitro inglés. Recordemos: un penalti tremendo a Ronaldo, imposible de disimular, una cesión clara a Lehmann, que el propio gran meta alemán se apresuró a quitarse de encima como pudo, el gol anulado al Borussia de Dortmund, quién sabe por qué, y que en todo caso se agradece, la entrada de Evanilson a Roberto Carlos que le dejó echo un ovillo, sin tarjeta.

Todo junto en un mismo partido, más la tolerancia general al juego de insistentes faltas tácticas del Borussia, sobre todo en la primera parte, en la que Zidane, Makelele y Flavio fueron derribados al suelo cuando intentaban salir. Demasiado. Extraño para un árbitro inglés, impropio de un partido de altura. Todo muy loco, no sólo y siempre en dirección casera, porque el gol anulado fue un favor notable. Hurgando he encontrado antecedentes de este árbitro, Míster Poll, todos desastrosos. En nuestros archivos aparece con frecuencia, siempre en actuaciones calamitosas.

Por ejemplo, protagonizó el desastre del Italia-Croacia en el Mundial, primer aviso de lo que nos podía esperar en ese terreno a lo largo del campeonato. Pero también en la liga inglesa las ha armado pardas. Entre otros casos, recuerdo el de una terrible agresión de Gerrard, hecho que provocó terrible escándalo en la isla. La pregunta es por qué está en la baraja de los árbitros internacionales, siendo tan malo como es. Una muestra más de las arbitrariedades de ese mundillo UEFA, lleno de paniaguados, enchufados y desahogados, en el que se llega a colar una rareza como un árbitro inglés malo.