Pepe Gotera y Otilio, de Gurpegui al auxilio

Nuestra última página del domingo mostraba una foto de Villar y Padrón, ambos con casco, en visita a las obras de la Ciudad Deportiva de la Federación (que esa es otra). Me dicen que a partir de la foto empiezan a llamarles Pepe Gotera y Otilio. Les cae bien el apodo. El mundo de chapuza que han creado, pegado con mocos, se les derrumba ya. Anteayer fue lo del chasco de los niños en Mallorca. Ayer, la dimisión de Comité de Competición, al que el caso Gurpegui ha hecho saltar. Llevo días diciendo que ese caso es la vergüenza de nuestro fútbol, pero no creí que llegara a tanto.

De la Morena reveló anoche en El Larguero un dato escalofriante: Gurpegui dio 13,4, una cantidad bárbara que por lo mismo se ha ocultado. Para que se hagan idea, Guardiola dio cuatro. A partir de dos se sanciona como doping por la imposibilidad absoluta de que tal grado se alcance por causas naturales. Pues Gurpegui ha dado 13,4. Fue en la primera jornada de Liga y sigue jugando, para bochorno de todos y para desprestigio del viejo y querido Athletic Club, que aquí se ha encabezonado, con la mejor intención de salvar a su jugador, caiga lo que caiga a cambio.

Y lo que ha caído es el Comité de Competición, que esta vez merece mi elogio. Siempre he tenido a ese organismo como demasiado flexible ante pequeños chalaneos para un quítame allá ese partido o ese cierre, pero en este asunto se ha plantado. La intención de colocarles un juez instructor claramente orientado a dilatar el caso hasta buscar la próxima reelección de Villar (y el consiguiente indulto) les ha hecho saltar. Bien hecho. Más basura sobre los cascos de Pepe Gotera y Otilio, que tras cargarse a Gerardo González no saben ni por dónde les viene el viento. Calamidad de gente.