NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Gurpegui y el descontrol antidoping

Gurpegui dio positivo por nandrolona en la primera jornada de Liga. Pero mañana jugará contra el Villarreal. Y vamos por la jornada diecisiete. Si yo fuera ciclista me sentiría inquieto y hasta indignado. Como no lo soy, sólo me siento perplejo. ¿Por qué en unos deportes el doping provoca inmediato anatema y en otros no? ¿Cómo es posible que todo un Pantani caiga en descrédito y que sin embargo Guardiola salga inmune? ¿Cómo es posible que a un Txema del Olmo le bajen vergonzantemente de la bici en el Euskadi y a Gurpegui le ampare todo el aparato institucional del Athletic?

La lucha antidoping nunca ha sido seria ni solvente. La percepción general es que ha habido mucho cuelo amparado por las esferas de poder y que de cuando en cuando se ha elegido un chivo expiatorio que inmolar ante la opinión pública. Ben Johnson, por ejemplo. O el apátrida y errático Juanito Muehlegg. O todo un deporte, como el ciclismo, depende de patrocinadores transitorios, que entran y salen, que no se organizan, que no poseen su propia estructura. Un mundo que depende del frágil acuerdo entre agentes externos: organizadores y televisiones. Un mundo fácil de atacar.

Así que en cuestión de doping vivimos una convención viciosa. Leña al ciclismo, porque es tradición. Leña al atletismo (con reservas) porque los atletas también van de uno en uno y tienen difícil defenderse... salvo que vivan bajo el paraguas de la federación de un país poderoso. Y cuelo en casi todo lo demás, incluido el fútbol, donde hay dinero y abogados para asustar a quien sea. Cuelo que viene favorecido por los defectos escandalosos del sistema antidoping. Por sus vicios, conocidos, por su largo historial de arbitrariedades. Cuelo del que ahora se aprovechan Gurpegui y el Athletic.