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Del derby gallego al partidazo del Bernabéu

Buen fútbol en Riazor, con una perla: el gol de Diego Tristán. Un jugador especial. Sufre el acoso de Makaay y de Luque, dos pedazos de competidores. En realidad, él tiene que saber mejor que nadie que el plan de Lendoiro era haberle vendido esta temporada. Que por eso compró a Luque, pero que la complicada operación a tres bandas que había concebido no le salió. Ni siquiera a tipos tan astutos como Lendoiro les salen necesariamente bien todos los planes. Así que Tristán se quedó en el equipo un poco contracorriente, entre ciertas desconfianzas. Y con competencia redoblada.

Pero nada doblega el talento de un gran futbolista. Su maniobra en el gol, tan artística como indefendible, marcó el partido. Tomás Guasch lo estaba avisando en Carrusel: "Ganará el Depor, porque estos partidos medio trabados se los acaba llevando". Sólo le faltó decir que esos partidos medio trabados los desatasca Tristán con un golpe de inspiración. Luego, desde el dominio del marcador y de la situación, el Depor lo tuvo relativamente fácil. Tiene oficio. Son ya bastantes años manejándose en situaciones extremas en el fútbol de altura. Es ya muy difícil que un derby le descomponga.

Y hoy, a Canal +. O al Bernabéu el que pueda. Champion contra campeón. Y una nueva rivalidad, que se ha hecho tan aguda que hasta el Bloc, partido regionalista valenciano, tira del antimadridismo para buscar votos. En los últimos años han pasado cosas entre estos dos clubes, entre ellas el rapto de Mijatovic, el de Mendieta (en grado de frustración), una final de Champions, las faltas de Albelda a Zidane, el gol de Ilie... Pero hay otra cara. Ortí estuvo en el Centenario. Y también Baraja, fifo de nuevo cuño. Siempre hay tiempo para la reconciliación. Apostemos por ella.