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El Atleti del basket

Les digo una cosa? Esta noche he descubierto la raíz de ese espíritu rebelde y masoquista que poseen los hinchas del Atleti. El Madrid de basket ofreció una estéril exhibición de pundonor, orgullo, entrega sincera y apasionamiento, pero al final llegaron los árbitros y sacaron de la carpa al héroe de la velada, Edu Hernández-Sonseca, para cargarse la revuelta de un equipo que se resiste a navegar a la deriva y sin rumbo. Dijo Florentino que el fútbol debía ser el espejo para la sección de baloncesto... y allí estaban Raúl, Zidane, Makelele, Pavón, Cambiasso, Hierro, Bravo, Tote, Roberto Carlos, César y Guti para arropar a sus hermanos pobres. Ese Guti me ganó para la causa de forma definitiva. Jaleó los triples de Mumbrú, festejó las bandejas de Air Sonseca y protestó airadamente la estafa arbitral que le costó la eliminación al gigante de 2,13 tras inventarse dos faltas después de dos gorros limpios a De la Fuente y Bodiroga. Epi, ¿tanto te costaba reconocer la evidencia?

El Madrid sucumbió también por su impericia al fabricar este lisiado proyecto. Imbroda, sabes que te admiro, pero ya te dije que fichar a tres desechos del Barça (Hawkins, Alston y Digbeu) era como jugar a la ruleta rusa. El primero se fue. Sobran los otros dos (¿a qué jugaron anoche?) y Tarlac, que sabiamente castigaste con el banquillo eterno. La resurrección debe fabricarse con el espíritu de Edu en la pista (que patentó el sonsecazo) y de Guti en la grada. La afición por el Madrid de basket nunca se rendirá porque somos muchos los que en 1984 estuvimos en aquel Madrid-Barça de los palos de Davis a Iturriaga. Eso era baloncesto de verdad. Cuando el Madrid era el amo. Floren, no te rindas.