Te espero en Barajas

Si me deja en mal lugar prometo que jamás volveré a darle un margen de confianza. Estoy dispuesto a apostarme 10 euros (los gastos de los fastos navideños y mi ruinoso balance en la Lotería me impiden jugarme más dinero) a que Ronaldo está de vuelta en Madrid el próximo domingo a las dos de la tarde. El horario previsto por un club que no está por la labor de soportar sainetes a costa de los habituales retrasos que algunos jugadores extranjeros suelen protagonizar en los parones de estas fechas. Pero estoy tranquilo. El madridismo puede confiar plenamente en Ronaldo. Llegó a su adorado Río de Janeiro en loor de multitudes, recibiendo ese cariño humano y ese calor climatológico que todavía no ha logrado ganarse en el Bernabéu. Pero está en el buen camino.

El primer paso que Ronie debe dar es no caer en la tentación que yo sentiría si estuviera jugando al fútbol-playa en Ipanema, disfrutando de un sol transparente y una caipirinha bien fría. En 1991 pasé allí 15 días y casi me quedo. Pero Ronaldo ha sabido hacer una lectura inteligente en los últimos días. Tras su error del 18-D supo reaccionar con profesionalidad en Málaga. Jugó para el equipo, estuvo concentrado al 100 por 100, no buscó su lucimiento personal y fue el asistente de Raúl para que el Ferrari siga añadiendo argumentos en su inagotable libro Guinness. Ronaldo, punto y aparte. El 29 te espero en Barajas.