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¡Este es mi Vicente!

Me he leído con detenimiento las reflexiones que Vicente del Bosque le hizo ayer a Carmen Colino en su retiro estival de Salamanca y me he entusiasmado con su talante para afrontar todos los morlacos que aparecieron en la conversación. Vicente dejó claro que es un romántico al mostrar su apoyo incondicional a la candidatura de Ronaldo como posible gran fichaje para el III Proyecto de Florentino Pérez. El técnico de la Octava y de la Novena sabe de las dificultades de la operación, pero su declaración amorosa hacia el cañonero del Mundial revela su ambición por fabricar un Madrid de ensueño.

Tampoco me sorprendió su apoyo a la candidatura de su hermano Camacho para ser el heredero de su corona en el banquillo del Bernabéu. Les une su filosofía de vida, su pasión por el fútbol alejado del mercantilismo contemporáneo y su amor sincero por el Madrid. Florentino no cree en Camacho para un futuro inmediato, pero si en Italia triunfa, Valdano (que siempre confió en el ex seleccionador) facilitaría un matrimonio atípico entre dos personalidades tan opuestas, entre el volcán desatado del murciano y el sosiego meditado del presidente.

Vicente, sólo un lunar. Eso sí, de considerables dimensiones. Dices que Casillas y César "parten de cero". Si la gesta inolvidable de Glasgow y la tarde heroica de Suwon ante Irlanda no colocan a Iker en la pole position de la portería del campeón de Europa, o es que yo me estoy volviendo majara o es que, admirado Vicente, has perdido el sentido de la justicia. En el trabajo se gratifica a los más valiosos. Si todos partiéramos de cero, preferiría irme voluntariamente al paro.