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Entrevista Javier Imbroda

"En la cancha, mis jugadores son fieras"

Javier Imbroda, a sus 40 años, vive su particular luna de miel con el banquillo de la Selección española

Tras el éxito del pasado Eurobasket de Turquía, con bronce incluido, afronta el reto de meter al baloncesto español en el Europeo de Suecia 2003.

Tras el éxito del último Europeo, la Selección afronta este partido con Dinamarca con cierta relajación, ¿no?

- Jugar ante un rival semidesconocido puede resultar peligroso, porque siempre he creído que interrumpir la competición para la clasificación del Europeo, con la Liga ACB y la Euroliga en plena ebullición, puede convertir estos choques en partidos-trampa. Además...

-Además... ¿qué?

-Dinamarca no debe ser tan floja cuando el otro día perdió en Israel por sólo 11 puntos de desventaja.

No me dirá que tiene miedo a Dinamarca.

-Por supuesto que no, y acepto que de cien partidos deberíamos ganar los cien. Pero para Dinamarca es su gran oportunidad de salir al escaparate de Europa ante la medalla de bronce del último Europeo.

-¿Y cómo se consigue que ante un enemigo teóricamente tan inferior, los jugadores puedan salir plenamente mentalizados y concentrados?

-La única manera de salir a tope es ajustar la defensa, que debe ser una religión para nosotros. La intensidad es la clave, vaya como vaya el resultado. Por eso el otro día ganamos por casi 40 puntos a Rumanía, dado que les dije a los jugadores que lo importante no era ganar, sino hacerlo de la manera más amplia posible para demostrar de lo que somos capaces.

-¿La preparación del partido es casi más psicológica que técnica?

-No quiero relajaciones. En Arganda los chicos entendieron mi mensaje. Asumo que estos partidos son incómodos de jugar en mitad de la temporada, pero hay gente que no debe desaprovechar esta oportunidad.

-¿Se refiere a los jóvenes?

-Evidentemente. No es que esté examinándoles para el próximo Mundial de Estados Unidos, pero está claro que si están aquí no es un premio ni un caramelo. Han demostrado su progresión y ahora me toca exigirles tanto como a los veteranos. De ellos dependerá que aprovechen el examen para ir al Mundial y luego al Europeo del 2003.

-¿Pero cree que basta con ganar a Dinamarca, dada la evidente superioridad de la Selección?

-Cuando uno defiende a España, lo primero siempre es ganar; segundo, que el juego sea lo más divertido y creativo posible; tercero, que la victoria sea lo más aplastante posible en el marcador; y cuarto, que la imagen del equipo haga sentirse orgullosos a nuestros aficionados. Por eso quiero que el equipo se tome el partido como si fuera determinante.

-Desde la medalla de bronce del Europeo, se ve una Selección más seductora y más contundente.

-La Selección ha creado un gran ambiente, propio de un equipo ganador. En la cancha, mis jugadores son fieras. Existe un ambiente sano y jovial, aquí no hay divismos. Hasta la referencia de Pau Gasol nos vale, dado que en el Europeo nos demostró ser un chaval humilde a pesar de que ahora está triunfando en la NBA. Aquí no hay mafias de vestuario ni líderes intocables.

-¿Cuál es el secreto?

-España tiene muy claro que ya no somos los convidados de piedra de antaño. Esta Selección es un equilibrio entre los jóvenes y las estrellas consagradas, y tenemos claro el techo al que aspiramos. La afición tiene razones para creer en el equipo y por eso queremos ganar a Dinamarca y a Israel el miércoles en Madrid para entrar en el Europeo 2003 por la puerta grande.