Liliana Fernández: “Clasificarme para mis cuartos Juegos Olímpicos es un regalo”
“Paula Soria ha sido paciente, me ha esperado para que me recuperase del segundo embarazo, y hemos ido a contrarreloj”, dice la alicantina en AS.
La alicantina Liliana Fernández (37) es una leyenda del vóley playa con sus tres participaciones olímpicas. En Tokio se presentó como una de las pocas mamás entre sus compañeras de competición; decidió mantenerse un ciclo más porque sólo eran tres años, y de paso ha vuelto a ser madre. Cuando prácticamente se la descartaba para estar en París, su carrera por llegar ha dado resultado: con Paula Soria, lo han conseguido en el último momento.
-Usted ha disputado tres Juegos Olímpicos con Elsa Baquerizo, incluso ella le espero en su primera maternidad y formaron una pareja ya mítica en el vóley playa nacional. Ahora se ha clasificado para los que serán sus cuartos Juegos Olímpicos consecutivos y en el último momento y con nueva compañera, que nunca había llegado tan alto. Es para celebrarlo, supongo.
-Elsa decidió retirarse tras los Juegos de Japón y yo valoré continuar, con Paula Soria, que ha sido muy paciente y comprensiva, porque me ha esperado el tiempo que he necesitado para recuperarme de mi segunda maternidad, que me ha costado bastante más que con la primera, porque volver a la forma ideal para competir ha sido un proceso algo más complicado. Con todo ese tiempo, como pareja quedaba una racha muy corta e intensa para meternos entre las mejores parejas del ranking, por eso estar el París va a ser un auténtico regalo, el de volver a competir en un grupo escogido de duplas, las 24 mejores del mundo (con un máximo de dos por país).
-¿Tan complicado veía la opción de intervenir en París-24 que se había marcado hace tres años?
-No disponíamos de muchas oportunidades. Empezamos a entrenarnos juntas en marzo de 2023. Es decir, catorce meses de competición, para la adaptación, para la complicidad. Nos ha salido bien, y deportivamente hemos conseguidos grandes resultados, casi siempre en cuartos de final al menos. Además, en el último torneo, nuestras rivales directas, la pareja canadiense, se equivocó: renunció a un torneo, y nos vino muy bien. Nosotras hemos ido a contrarreloj todos estos meses.
-Dice que esta segunda maternidad le ha condicionado su recuperación para volver.
-Los embarazos son cambios físicos importantes, y volver al estado de forma de competición no es inmediato. Y luego está la edad: ya no soy la jugadora explosiva de los 22 años, por ejemplo. Por eso quiero disfrutar de la cita en Francia, porque no se si continuaré jugando algo más, pero si puedo anticipar que este es mi último ciclo olímpico: Los Ángeles 2028 están descartados absolutamente. No hay nada que pensar.
-Ahora, sin usted y si Paula Soria no persevera, al menos en España tiene sucesoras en Tania y Daniela.
-Son la punta del iceberg de lo que se está haciendo con los jóvenes en la actualidad. Es una gran pareja con la que nosotras tenemos una buena relación personal y hemos coincidido en Madrid y en muchos torneos en esta temporada en la que las cuatro hemos estado buscando el pasaporte a París.
-A un mes de los Juegos, lo mismo se entrenan juntas para preparar la competición en París.
-Es complicado porque la dos parejas tenemos en diferentes lugares nuestros centros de entrenamiento. El cuartel general de Daniela y Tania lo tienen establecido en Lorca (Murcia), donde también están sus entrenadores; nosotras, sin embargo, estamos localizadas en Tenerife, donde mejor nos encontramos para seguir la preparación.
-Actualmente ya es habitual que muchas deportistas sigan sus carreras de alto nivel siendo mamás. Pero con dos hijos no hay tantas en las selecciones españolas.
-Creo que en París no seré la única mamá de España, porque están Peleteiro (atletismo), Alexandrina Cabral (balonmano)... Con dos hijos, no lo sé. Es que las jóvenes, si quieren tener una buena carrera deportiva, retrasan la maternidad.
-El problema de los deportes con circuitos internacionales, como en el tenis o el vóley playa, son los viajes, las giras, salir de casa durante muchas semanas. ¿Le reconocen sus hijos cuando regresa de una gira internacional?
Sí, claro, y se ponen muy contentos y me quiere mucho, sí. En el último viaje largo de semanas, el pequeño, de entrada, sí parecía sorprendido, como preguntándose dónde has estado todo este tiempo, escudriñándome. Pero bueno, unos segundos, porque luego fue tan cariñoso como siempre. Son los esfuerzos a los que nos enfrentamos los deportistas.