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JUEGOS DE INVIERNO

Noruega alimenta su orgullo con épica: quinto oro en biatlón

Los hermanos Boe, Laegreid y Christiansen se imponen en los relevos de 7,5km con una remontada imposible. Fillon Maillet, plata, hace historia.

Noruega alimenta su orgullo con épica: quinto oro en biatlón
ODD ANDERSENAFP

El biatlón es un deporte en el que no hay imposibles. Los más adeptos aseguran, incluso, que es la disciplina más emocionante del mundo. Pekín, al menos, les concede la razón. En la prueba de relevos (4x7,5 km), Noruega pasó de la hecatombe suprema, de quedarse fuera del podio en su religión, a la gloria absoluta (1:19:50.2). A uno de los oros más épicos de estos Juegos Olímpicos de Invierno. Vetle Sjaastad Christiansen, Sturla Holm Laegreid y los hermanos Boe, Johannes Thingnes y Tarjei, ponen nombre a la epopeya. El primero de ellos, último relevista, llegaba a la meta en solitario, incapaz de contener la emoción y saludando a sus familiares. Antes del inicio, seguramente, no se imaginaba una celebración tan exagerada, pero lo vivido lo exigía, por mucho favoritismo que de partida existiera. 

La otra cara de la moneda, Francia (+27.4), plata, y, sobre todo, el Comité Olímpico Ruso (+45.3), líder durante toda la prueba, pero superado finalmente por la ventisca noruega, que suma su quinto oro en un deporte con denominación de origen. Nació en su frontera con Suecia, cuando, en el siglo XVIII, los guardias esquiaban a través de una pequeña pendiente y disparaban desde una distancia de entre 40 y 50 pasos. Unas raíces que los hermanos Boe han absorbido como nadie. El biatlón está siendo el mayor sustento de un orgullo noruego herido y, de forma personificada, ellos son los principales culpables. El sábado, hace apenas tres días, ponían su nombre al podio de los 10 km; ahora, como también hicieron en la prueba de relevos mixtos, vuelven a pisarlo conjuntamente. Cuatro medallas para cada uno (tres oros y un bronce para Thingnes; dos y uno, junto a otra plata para Tarjei) y tercera presea en la prueba para su país, tras la plata de PyeongChang y las victorias en Salt Lake y Vancouver. 

Vetle Sjaastad Christiansen celebra tras cruzar la meta.
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Vetle Sjaastad Christiansen celebra tras cruzar la meta.Patrick SmithGetty Images

Seguramente, Johannes no se lo podía imaginar cuando se postró delante de las dianas. Noruega llegó a estar a 1'40'' del ROC y, para fiel imagen de la desesperación, al pequeño de los Boe no le entraban las balas, literalmente. Apuro superado, arrancaba la remontada, como ya había hecho en el 4x6. Con una manga de 19:10.9, el mejor tiempo de la prueba, y pese a sus dos disparos desviados tumbado, lanzaba a los suyos a través de su portentosa "zancada" sobre los esquís. Le allanaba el camino a un Christiansen perfecto en el tiro que, con un maravilloso parcial de 19:38.0, hacía tangible lo imposible. Atrás, dejaba al ruso Eduard Latypov, desastroso en el tiro (cinco errores), y a un Fillon Maillet histórico. Sigue agrandando su leyenda como deportista francés con más medallas olímpicas y no deja de romper barreras: es el primer biatleta que gana cinco preseas en unos solos Juegos y, al mismo tiempo, el primer deportista de invierno en llegar a ese número desde Lake Placid (1980). Tan increíble como la remontada noruega.