Austria reina en los cielos
Kraft, Huber, Hoerl y Fettner dieron a su país el oro por equipos de saltos de esquí en categoría masculina. La plata se la llevó Eslovenia y el bronce para Alemania.
El trampolín largo (140 metros) de Zhangjiakou medía de nuevo a los mejores saltadores de esquí del mundo aunque en esta ocasión agrupados por cuartetos para determinar qué país domina la especialidad en categoría masculina. El emperador Ryoyu Kobayashi, ganador en Pekín del oro del trampolín pequeño, lideraba al limitado equipo de Japón salvo por él, mientras el noruego Marius Lindvik, que le arrebató al nipón la doble gloria en el largo, comandaba a los potentes vikingos.
Pero había mucho más ya que otros nueve cuartetos querían colgarse también unas codiciadas medallas. Entre ellos, el gran favorito, Eslovenia. Sin olvidar a Austria y Alemania. Tras los saltos de prueba (que dominó Kobayashi con un prodigioso salto de 139.5 metros desde la puerta 16) llegaba la primera ronda, celebrada a -20.5º centígrados de temperatura y con un fuerte viento difícil de gestionar por las cambiantes ráfagas a favor y en contra, que dejaría fuera a los tres peores países y fijaría realmente las opciones de los ocho finalistas. China, EE UU y la República Checa confirmaban lo esperado y se quedaban fuera de la pelea por los metales.
Llegaba la final, el momento definitivo (-22.5 bajo cero) que se iniciaba desde la puerta 18 y con Noruega, Eslovenia y Austria en plena pelea por el oro, y Alemania, Japón (pese a contar con el gran Kobayashi en excelente forma) y Polonia aún soñando con poder agarrarse y hacerse con una medalla. Un milagro que el Comité Ruso y Suiza ya ni se planteaban pese a tener por delante cuatro brincos más, uno por saltador.
La competición avanzaba con el gran protagonismo del viento, feo arriba, que complicaba la vida y convertía casi en una lotería según el segundo en el que le tocara volar a cada saltador. Un prodigioso despegue del austriaco Jan Hoerl y otro del alemán Markus Eisenbichlet en el tercer grupo hacían que el duelo entre Eslovenia y Noruega fuera una batalla a cuatro a falta de grupo. El austriaco Manuel Fettner daba a su país el oro olímpico en el último salto. Plata para Eslovenia y bronce de Alemania.