Histórico 6º de Lliso en 'Big Air'
El madrileño (24 años) brilla en la final olímpica en el estreno de la especialidad de esquí acrobático y se lleva un merecido diploma, 10º finalista de España en todos los Juegos.
Javier Lliso (24 años), madrileño de Colmenar Viejo que estudió Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en la Universidad Camilo José Cela, da siempre la sensación de que está tranquilo, que la calma marca su camino. En el estreno de la competición de 'Big Air' en unos Juegos de Invierno se metió en la final con la novena puntuación en el complejo deportivo Shougang Big Air, en el distrito urbano de Shijingshan, un lugar peculiar entre templos y fábricas e inundado de nieve artificial.
"Estoy en unos Juegos y conseguir entrar en la final es mi sueño desde hace mucho tiempo", aseguraba el esquiador acrobático español muy identificable por su larga melena. Las medallas parecían un objetivo demasiado irreal, pero el diploma olímpico sí era un proyecto realizable y Lliso no tembló pese a empezar con un 51,25 tras escapársele el agarre pese a planchar bien la recepción. En su cabeza nada varió. Seguro que sonrió debajo del casco y al llegarle el segundo brinco no falló. 89 puntos con un buen desempeño en el aire y un planchado perfecto que le daban el quinto puesto entre los doce finalistas en esa ronda. Faltaba el definitivo, el que determinaría su posición final.
Saltó de frente, grapó bien, agarró con firmeza, cuatro vueltas y media y planchado excepcional. Puntuación de 82,50 para un total de 171,50 y el puesto de finalista asegurado. Sonrisas y risas con su familia en la original cámara que la organización les pone a los riders al acabar y en la que ven a sus más allegados viendo su actuación. Tocaba esperar para confirmar que la sensacional actuación de Javier iba a ser confirmada con un puesto excepcional como así fue. Sexto puesto final para el madrileño. Maravilloso. Oro para el noruego Birk Ruud, que clavó el último salto con la bandera de su país en la mano izquierda, plata para el norteamericano Stevenson y bronce para el sueco Harlaut.
"Los trucos que he hecho sabía dónde me iban a dejar, pero tenía un plan principal que era hacer el switch 18, en vez de con el safety con el tail que me hubiera dado un plus de puntos importante. En la segunda ronda he ido a asegurar el doble 16 y en la tercera ir a por lo gordo. Es decir, al no salir bien el primer salto, que era el arriesgado para intentar optar al podio, hice los otros dos que estaba muy seguro de ellos y no los había fallado en los entrenamientos. El primer salto era para un 93 y si fallaba volvimos al plan inicial. La medalla se alejaba pero queríamos asegurar el diploma que era muy importante para nosotros. He intentado usar más la cabeza que el corazón para tener el resultado que al final. He aguantado la presión respirando hondo y pensando que era un entrenamiento más de los que hemos hecho estos días en Shougang. Ha sido la final de big air más bestia de la historia. Se han visto 19s, 18s, trucos que no había visto nadie antes. Con llegar a Pekín ya había cumplido un sueño así que imaginad con este sexto puesto. Todo el equipo, llevamos muchos años ya trabajando a fondo y hemos conseguido estar entre leyendas peleando con ellos al mismo nivel. No podríamos estar más contentos, es un trabajo de todos", aseguraba el esquiador de Atomic del 'Club Colmenar'. Y finalizaba: "Este resultado me da mucha más tranquilidad de cara al slopestyle".
Precisamente, uno de los más cercanos causantes del éxito es Josep Gil, su entrenador y el de Thibault Magnin, al que le tocará teñirse el pelo de amarillo por una apuesta y que espera más éxitos en slopestyle: "El objetivo con Javier y también con Thibault (Magnin) es darlo todo y que ambos opten al Top 12 que les permita entrar en la final. Hemos traído este deporte desde la base hasta la Luna. Soy un freaky de este deporte, sigo a todos los riders y yo les ayudo a elegir trucos, que los crean ellos, para llegar a la puntuación deseada. Planifico el entrenamiento para llegar a ellos"
Historia para España en el esquí acrobático gracias a Lliso (décimo compatriota que logra un puesto de finalista en unos Juegos de Invierno) que no es la primera vez que lo consigue ya que en 2020 protagonizó la mejor actuación de un español en la Copa del Mundo de esquí acrobático, con una cuarta posición en Seiseralm (Italia) en su especialidad, el slopestyle. La disciplina que llegará la próxima semana (el lunes 14 la clasificación y al día siguiente la final) y en la que el madrileño participará de nuevo, también lo hará Thibault Magnin. Ambos quieren seguir escribiendo grandes historias en el esquí acrobático. "Lliso ha tenido una progresión increíble, aún recuerdo sus inicios en el alto nivel en el slopestyle de los Mundiales de Sierra Nevada en 2017 y desde entonces todo el equipo de freeski ha trabajado a fondo hasta llegar a este diploma obtenido en Pekín. Enhorabuena también a su técnico Josep Gil y al resto del equipo", afirma May Peus España, presidente de la RFEDI.