Shock noruego por el 'pecado' ruso... que logra piso y coche
Doblete de Bolshunov y Spitsov en el peor día de la historia de los escandinavos en esquiatlón masculino, prueba que es religión en el país. Fantástico 21º para Rojo.
Quince kilómetros en estilo clásico y quince más en estilo libre. 70 esquiadores de fondo, representando a 34 países, y un largo camino por recorrer para alcanzar el sueño del oro olímpico. Entre ellos, con el dorsal 37, un español, Imanol Rojo. Un valiente nacido en Tolosa hace 31 años que comenzó a esquiar con 5 años en la Sierra de Aralar y que lleva muchos años peleando con una inferioridad latente en cuanto a medios con los esquiadores de fondo de las potencias escandinavas, Rusia o Francia. Sin embargo, Rojo es duro y le gustan las competiciones sinónimas y la prueba de Zhangjiakou así se presentaba.
"Habrá que estar muy resguardado en el grupo para aprovechar los rebufos en las bajadas", explicaba como estrategia previa a AS. El guipuzcoano, que disputará tres pruebas en sus terceros Juegos Olímpicos (el viernes 11 a las 8:00am en la península los 15 km estilo clásico y el sábado 19 los 50 km a las 07:00 am), soñaba con rondar el Top 20, una auténtica heroicidad teniendo en cuenta el plantel al que se enfrentaba. Rojo empezó con mucha inteligencia la carrera y de la parte trasera fue ganando plazas poco a poco rondando el Top 30 en el primer tercio de la parte inicial de la exigente prueba de 30 kilómetros que se celebraba a una altitud de 1.600 metros.
El primer ataque serio para empezar a reducir el grupo llegaba por parte del finlandés Niskanen que se escapaba marcado como su sombra por Alexander Bolshunov, atleta del Comité Olímpico Ruso, y un serio peligro para el resto. Por detrás, el convoy noruego formado por tres esquiadores les marcaba a una distancia prudencial. Rojo aguantaba más retrasado, aunque siempre manteniendo más o menos su posición en cada punto cronometrado.
La prueba avanzaba y la noticia antes del cambio de estilo era la mala sensación que estaba adejando la gran estrella de la especialidad, el noruego Klaebo, que perdía contacto y su cara no presagiaba aires de remontada (acabó 40º a más de nueve minutos del vencedor). Y el desastre para el país con capital en Oslo, que ya había comenzado los días previos con la baja por COVID del campeón olímpico en la prueba en Corea hace cuatro años Simen Kruger, seguía con la retirada de Roethe en el kilómetro 12.
El dúo de cabeza seguía ampliaba la renta y el paso al esquí patinador no presagiaba cambios, sobre todo para un especialista como Bolshunov, de 25 años, que venía de sumar cuatro medallas en Pyeongchang 2018, aunque ninguna de oro. Casi medio minuto sobre otro ruso, Spitsov y casi 40 frespecto a Holund y Golberg, que intentaban sufragar de alguna manera el día terrorífico para su país. Rojo pasaba 25º a 2:38. Fantástico el español.
Bolshunov, que fue descalificado hace un año en la Copa del Mundo tras liarse a bastonazos contra un rival, cambiaba el ritmo y debaja seco a su compañero finlandés que perdía metros sin remisión. Niskanen no sólo no podía seguir al esquiador del ROC sino que veía como el otro representante le quitaba las pegatinas sin remisión. "Dabai, dabai" (vamos, vamos) se escuchaba en la pista para animar a la dupla que iba a por el doblete destrozando la leyenda de Noruega en esta especialidad, una religión en un país en el que muchos niños aprenden a esquiar antes que a andar.
En línea de meta, con un tiempo de 1h:16:09 Alexander Alexandrovich Bolshunov hacía historia con un oro sin paliativos al aventajar a su compatriota ruso Spitsov en 1:11. ¿El premio? Además de la gloria olímpica, un piso y un coche para Bolshunov como recompensa pr parte del Comité Ruso por subir a lo más alto del podio. El bronce se lo llevaba finalmente el finlandés Niskanen (a 2:00) que aguantaba al noruego Holund que no podía salvar el honor de su nación y dejaba sin subir al podio a ninguno de sus representantes. Día catastrófico para ellos que traerá seguro consecuencias. Más atrás, pero con un mérito que roza lo inimaginable quedaba Imanol Rojo que terminaba en el puesto 21º a 4:59, el mejor lugar de su participación olímpica en tres Juegos y también el mejor de un español en la especialidad, en lo que era su gran objetivo. Sensacional, sin duda.
“El objetivo era mejorar los otros Juegos y lo he mejorado con creces. La verdad que para ser el debut en Pekín ha salido muy muy bien y estoy muy contento. Pese a no tener las mejores sensaciones estoy casi entre los 20 primeros así que no puedo pedir más. Ha hecho mucho frío y la nieve estaba muy lenta, pero pese a eso hemos ido muy rápido. Yo, personalmente, me he encontrado bien en la última parte y ha sido una pena que en clásico no he podido estar más adelante para luchar con el grupo del Top-15”, explicaba Rojo al terminar la prueba.