Consuelo para Doncic

Luka Doncic, 'l'enfant terrible' del balonceto mundial, no ha terminado su trabajo en Tokio. Eslovenia ha vivido un verano memorable que todavía puede tener un final de película. Si gana esta noche de Saitama (13:00 horas española) a Australia, llevará a su joven país el primer bronce de su historia olímpica en baloncesto. Una gesta que completaría un sueño fabuloso que empezó en el preolímpico de Kaunas y que sólo pudo romper Batum, con su vuelo angelical para taponar la bandeja ganadora de Prepelic. Hasta este jueves, Eslovenia había estado 17 partidos sin perder con Doncic.

Luka, personaje algo contradictorio como muchos genios, habló primero de baloncesto después del partido contra Francia: "Nos queda otra final". Luego dijo algo así como que la FIBA estaría contenta del pase de Francia, como si hubiese tenido algo de irregular... Está claro que perder no le sienta bien.

Qué haría Doncic, entonces, si fuese australiano. Los boomers son uno de los grandes perdedores del mundo del baloncesto. Sin medallas en un Mundial, sin medallas en Juegos, siempre se han quedado a medio metro. Otra vez, se conjurarán para conseguirlo. Para jugadores como Patty Mills y Joe Ingles puede ser la última oportunidad, después del bronce que se les escapó en Río ante la España de Pau Gasol. Los veteranos esperan encontrar inspiración y la ayuda de jugadores como Exum, Thybulle, Kay, Landale, Goulding.

Habrá que ver cómo se repone Eslovenia del golpe. Demostró un tremendo corazón en el partido contra Francia, que levantó varias veces y al que entró perdiendo por cinco puntos en el último minuto y casi pudo levantar. Queda claro que Eslovenia ha sido la selección más emotiva del Mundial. La que mejor se lo ha pasado, una de las que mejor ha jugado. También la que más ha protestado. La que ha tenido a una de las grandes sensaciones de la Villa, Doncic. Se han bebido la experiencia olímpica a grandes tragos. Ahora quieren bañarse en bronce.