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JUEGOS OLÍMPICOS | BALONCESTO

Cruel final de Laia en Saitama

Después de sufrir y levantar el partido contra Francia, a España le salió cruz (64-67) y se va de los Juegos Olímpicos. También Laia Palau, que se despide de la Selección.

Actualizado a
Astou Ndour consuela a Queralt Casas tras el España-Francia de cuartos de los Juegos Olímpicos.
Astou Ndour consuela a Queralt Casas tras el España-Francia de cuartos de los Juegos Olímpicos.Jesús RubioDiario AS

En un partido extrañísimo que sus protagonistas recordarán mucho tiempo, especialmente la mágica Laia Palau, que se marcha, a España le salió cruz en Saitama y se fue de los Juegos Olímpicos. Lo hizo después de haber sabido sufrir 38 minutos y agarrarse al partido de manera increíble. Pero no rematar. Una bandeja fácil que se fue al limbo de Laura Gil, y una canasta al filo de la bocina de Johannes, hicieron la diferencia definitiva del partido (64-67). Esta vez, a España no le bastó con el corazón.

Disminuida por las faltas personales de Alba Torrens durante el partido, sólo los rebotes ofensivos, algunas rachas de Ndour y Cazorla, su alma y una Francia dubitativa la mantuvieron como funambulistas, vivas en Saitama. Incrédulas, el final del partido resultó cruel. Las jugadoras casi no querían abandonar la pista, incrédulas. Mejor que nadie, sabían que les habían regalado durante unos minutos el pase a semifinales de unos Juegos Olímpicos y que quienes lo habían regalado de vuelta habían sido ellas, sin ese punch final para rematar a las francesas, que estaban a punto de derretirse.

Ndour y el rebote

España empezó muy bien. Con el Big Three de Mondelo a tope. En 2:25, Ndour, Alba y Ouviña ya habían anotado. La Selección alcanzó un 11-6 con relativa comodidad y las sensaciones de seguridad y confianza que había dado en la primera parte, pero la de Binissalem cometió la segunda falta a 3:30 del final del primer cuarto. Sin Alba en la pista, el parcial fue de 4-15. A su regreso, Francia ya dominaba el partido 18-27. Es un equipo con más fondo de armario que el español, aunque algo débil mentalmente. Con Johannes, que cogió el relevo de Williams, inspiradísima, Francia se fue hasta un peligroso 19-33 que, además, estuvo acompañado por la tercera de Alba Torrens. Un momento crítico que requería de alguna aparición salvadora. Fue Ndour, que empezó a castigar con rebotes ofensivos y canastas bajo el aro a Francia. España se fue el descanso con el primer match-ball salvado (30-36) por las segundas oportunidades. Los once rebotes ofensivos cazados por el equipo de Mondelo mitigaron en parte el bajo porcentaje de acierto (32%). Cuatro de ellos fueron de Ndour.

Garnier devolvió a Gruda a la cancha en el inicio del tercer cuarto, y la francesa se lo agradeció con dos canastas: 30-40. El partido entró en un extrañísima montaña rusa. En un periquete, la Selección se acercó al 38-40, antideportiva incluida a Gruda. Pero Francia respondió con una carga de triples de Johaness y Miyem, que mandaron el partido a un peligroso 38-48. Mondelo intentó pararlo pero Francia encontró nuevas soluciones: cinco seguidos de Duchet (43-53). Y la peligrosísima cuarta falta de Alba Torrens con doce minutos todavía por jugar. España sobrevivió como pudo al final del tercer cuarto (48-55) y metió un poco de miedo a Francia al inicio del último cuarto con un parcial de 5-0. Y hasta tuvo la oportunidad de ponerse por delante en un triple fallado por Ndour.

Final apretado

El partido se enganchó, pero un triple de Maite Cazorla puso a España de nuevo por delante mucho tiempo después. Al filo de la navaja, se sudó cada canasta, hasta las que no se metieron. Laura Gl falló una bandeja cantada por un pelo y Francia se puso por delante. Primero, 62-63. Luego, una canasta de Johannes con la posesión casi finalizada, volcó el partido, que ya no dio más la vuelta. Como para Pau, fue un final triste para Laia. Pero el deporte no es Hollywood. En su crudeza también está su grandeza.