JUEGOS OLÍMPICOS | ATLETISMO
El secreto del 'Team Pedroso': de Guadalajara al podio de Tokio
Ana Peleteiro y Yulimar Rojas se entrenan en Guadalajara con el técnico cubano Iván Pedroso, que tiene un secreto para su grupo: "Hacer piña".
Sobre las 12:00 de la mañana, para que el cuerpo haya descansado, comienzan a llegar a la pista de la Fuente de la Niña de Guadalajara. Entra Yulimar Rojas, con su megaltavoz en el que suena merengue, reggeatón, salsa, bachata... “Pesa 10 kilos lo menos y lo trae todos los días”, dice Ana Peleteiro, que viene junto a Nelson Évora, su pareja, y el portugués campeón olímpico de triple en Pekín 2008. Luego entra Copello, cubano nacionalizado por Azerbaiyán, la brasileña Nubia Soares… Y ya estaba allí Iván Pedroso, el entrenador de todo el megagrupo de élite mundial.
“Cuándo nos flipamos el nos dice, yo ya he estado aquí”,cuenta Peleteiro sobre su entrenador, un cubano con nueve oros mundiales y el título olímpico de Sydney 2000. Se quedó en Guadalajara y allí creo el Team Pedroso, una especie de Caribe en la Alcarria. “Iván ha sido la persona que ha confiado en mí, que me ha sacado de la mierda absoluta, de una niña que pesaba 65 kilos, que le sobraba grasa por todos lados, un talento que estaba roto... Era un juguete roto literalmente... reflexiona Peleteiro.
Pedroso siempre dice cuál es su secreto, y lo hace haciendo una especie de pajarito con la mano. “La clave está en hablar las cosas, en la comunicación”. Así gestiona los egos del grupo y las tensiones, que las hay. Porque cuando a un atleta de súperélite mundial no le salen las cosas, se lesiona o tiene un mal día, los demonios estallan. Y ahí está Pedroso, que lo soluciona con una charla o si hace falta en el Bodegón de Sancho, donde reciben a Peleteiro, Yulimar y compañía con sonrisas y buen rollo. Para Guadalajara también es un regalo tenerlo.
Primero llegó Yulimar a entrenarse con Pedroso, era un portento de Venezuela. Contacto con el cubano vía Facebook e Iván respondió. “Si vienes a Guadalajara”, te entrenaré. En 2015 unieron sus caminos y se comenzó a pulir el diamante llamado Rojas. Al principio era un desastre técnico, ahora es un portento físico, de fuerza y (también) de técnica que ha destrozado el récord del mundo para ser campeona olímpica.
Después, en 2016 llegó Peleteiro. Ella era una niña prodigio, campeona mundial Sub-20 con 17 años. “Era una hija única, que tenía todos los cuidados”, decía. Fue a la Blume, a Madrid, desde Ribeira (Galicia) y se perdió. Hay quién la daba por desahuciada para el atletismo de élite. Pedroso, conocedor del carácter díscolo de la gallega le puso un reto. Entrenarás conmigo, pero si no consigues ser finalista en el Europeo de pista cubierta, estás fuera. Y lo logró. Se ganó una prórroga. Y después llegaron todas las medallas internacionales. Tres europeas y una mundial, a la que se une este brillante bronce olímpico.
"El Team Pedroso somos una piña"
“Somos un equipo, somos una piña... Estos dos últimos meses he sentido más que nunca que el Team Pedroso es un Team. Vinimos a Tokio como equipo a luchar, a la guerra, literal como decía hace dos días y estamos muy unidos”, seguía Peleteiro sobre su querido entrenador. “En el grupo un día se le va la pinza a uno y otro día a otro... Y eso es difícil gestionarlo. Gestiona él y nosotros, pero hay un trabajo de equipo muy importante. Y todos y cada uno de nosotros tenemos un papel. Soy a lo mejor la que da problemas porque cuando hay algo que no lo gusta lo pongo encima de la mesa”, explica Peleteiro y elogia a Yulimar: “Aunque tengas un día de mierda, ella es quien te lo intenta arreglar”.
“Pedroso es un entrenador regio, es como mi padre. Le debo todo, esta medalla no sería posible sin él”, dice Rojas, que ya es como una alcarreña más. Se le puede ver paseando por sus calles, con sonrisas y buen rollo, en la pista Fuente de la Niña, en el gimnasio garaje de Peleteiro, de barbacoa o en el Bodegón de Sancho. El Team Pedroso es una piña, que de Tokio sacó dos medallas olímpicas. La de Yulimar y la de Ana.