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JUEGOS OLÍMPICOS | NATACIÓN

La superación de Sjostrom: del codo roto a la plata en Tokio

La sueca sufrió una caída el 7 de febrero que le obligó a detener su preparación. Peligraban los Juegos, pero se empeñó en llegar y ha sido plata en los 50 libre.

Sjöstrom y McNeil.
David Ramos

El pasado 7 de febrero, Sarah Sjöstrom entró en un túnel. Pero lo hizo sonriendo con una fotografía que colgó en sus redes sociales. En ella aparecía con un cabestrillo en al brazo y con una noticia: había resbalado regresando a casa por el hielo y se había roto el codo. Necesitaba una operación y los Juegos peligraban. Una lástima para la velocista, plusmarquista mundial, que en Río 2016 había ganado tres medallas olímpicos y aspiraba al mismo botín en Tokio.

Pero Sjöstrom, hecha de una pasta especial, se propuso trabajar, trabajar y trabajar. Aún con el brazo roto, recién operado, siguió trabajando en el gimnasio el tren inferior para no perder musculatura. Y, poco a poco, volvió al agua. No fue convocada para el Europeo de Budapest de mayo pero reapareció en junio. En Tokio ha participado en tres pruebas y ha conseguido nadar las tres finales, demostrado un nivel competitivo extraordinario.

En los 100 mariposa acabó en séptima posición. En los 100 libre fue quinta y ahora en los 50 ha logrado acabar en segundo lugar, por lo que se ha colgado una plata a sus 28 años, en los que pueden ser sus últimos Juegos a gran nivel. Solamente la superó la fantástica australiana Emma McKeon, ganadora de siete medallas olímpicas en Tokio, con 23.81. Sjöstrom, que nadó en 24.07, sigue con su récord mundial de 23.67.

La otra historia de superación de la última jornada la protagoniza Florient Manaudou, con tres podios seguidos en los 50 libre. Fue oro en Londres 2012, plata en Río 2016 y de nuevo repite metal en Tokio, después de años en los que dejó la natación y se pasó al balonmano. La natación y los Manaudou llevan dos décadas dando alegrías a Francia. Fueron las dos platas que supieron a oro de una natación que se despide con la emoción de todos los participantes en un ciclo olímpico de cinco años. París 2024 está para ellos a la vuelta de la esquina.