Carreño tumba a Medvedev y jugará por las medallas
El gijonés, único español vivo, derrota en dos sets al número dos del mundo en un partido enorme. Jugará contra Khachanov este viernes (08:00 horas).
"¡Vamos, vamos, vamos!". Puños apretados y gesto de rabia, Pablo Carreño consiguió callar por unos segundos a las enormes chicharras que ponen la banda sonora en el Ariake Park. Sin pensarlo, se subió a la grada y se abrazó con el capitán Sergi Bruguera (plata en Atlanta 1996), con su entrenador Samuel López y el resto del equipo. Porque el asturiano, en ausencia de Rafa Nadal, es el líder de la tropa y con un espíritu parecido al del balear va a por medalla en Tokio.
Carreño aterrizó en Japón con el título más importante de su carrera, el ATP 500 de Hamburgo, en el raquetero. Y con una sonrisa de oreja a oreja que no se le ha borrado. Con ganas de disfrutar del mundillo olímpico, en el que debuta con 30 años, y de la Villa. En modo 'sensei' (maestro en japonés) se aseguró jugar por una medalla después de tumbar al número dos del mundo, Daniil Medvedev, por 6-2 y 7-6 (5) en 1h:43. Su rival en semifinales, este viernes a las 08:00 horas, será otro ruso, Karen Khachanov (25º), que derrotó al francés Ugo Humbert por 7-6 (4), 4-6 y 6-3 y contra el que domina el cara a cara por 3-2.
"Es una de las mejores victorias de mi carrera", admitió el número 11 del mundo. Porque bordó los saques variando alturas para no dejar al ruso estar cómodo con su drive plano, defendió de lujo, mostró equilibrio (17 golpes ganadores por 16 errores no forzados) y no se inquietó cuando el moscovita, finalista este año en Australia, se puso break arriba en el segundo set.
"Con este tenis, podría ganar grandes torneos... No sé cómo no juega así habitualmente", le alabó Medvedev, que el día anterior se había quejado duramente del calor (los partidos comenzaron a las 15:00 por protestas de los tenistas para evitar el sofoco matinal) y había pedido el veto a un periodista que sugirió que los rusos (que no compiten bajo su bandera por suspensión de la Agencia Mundial Antidopaje) arrastran un estigma de tramposos. Era el día para apretarle.
Y Carreño lo hizo. Formado en el CAR de San Cugat con el programa de la Federación Española, campeón de Davis y disponible siempre para dar un paso al frente cuando vienen mal dadas, al asturiano le encanta jugar por España. Defender la camiseta. De hecho, en Tokio se alistó en tres cuadros, con el dobles y el mixto frustrado por el golpe de calor de Paula Badosa. Ganador de seis torneos ATP, dos veces semifinalista en el US Open, el gijonés situó la victoria olímpica ante Medvedev en el top de su carrera. "Espero que acabe ocupando el puesto número uno porque desemboque en una final y no una semifinal. Necesito un dar un pasito más porque dije que venía aquí a ganar una medalla. Soy el único que quedo de la Armada y me hace mucha ilusión seguir peleando por ella", resumió convencido. Está cerca.