Javi Pérez Polo y Raúl Martínez, de sparrings a titulares

Que España es una potencia en taekwondo lo dicen los números. Las tres medallas de Londres 2012. Las dos de Río 2016. O el hecho de clasificar a cuatro luchadores para Tokio, algo que no había ocurrido nunca. Tras Adriana Cerezo (-49 kg) y Adrián Vicente (-58) llega el turno de Javi Pérez Polo en -68 kg (madrugada sábado al domingo y final el domingo a las 21:45) y Raúl Martínez en -80 (madrugada domingo al lunes y final el lunes 21:45).

Pérez Polo y Martínez ya saben lo que es vivir unos Juegos, pero desde la barrera. El primero, como sparring de Jesús Tortosa (quinto en Río 2016) y el segundo, de Nico García (plata) en Londres 2012. "Fue muy enriquecedor", explica el segundo, el más veterano (30 años). Uno de esos competidores que comenzó a gatear sobre un tatami, porque sus padres dirigen el gimnasio Jayan de Elche. Lleva en la Blume 13 años, esperando su oportunidad. Logró al clasificación en el Grand Prix de Moscú, en diciembre de 2019, con dos tercios de un aductor roto.

"Haber vivido unos Juegos ya te ayuda a organizarte con los trayectos, horarios, las cámaras, la tensión", refrenda Pérez Polo (24 años), de San Fernando de Henares (Madrid), subcampeón mundial en 2019 y que en noviembre pasado contrajo el coronavirus por lo que se perdió el Europeo de 2020. El el de 2020 fue bronce, igual que Martínez. 

Raúl, el capitán, estudia medicina y tiene el taekwondo metido en casa. Se casó en diciembre con Malen Bonilla, a quien conoció en la selección siendo cadetes y campeones de España. Durante el confinamiento, que pasaron en Girona, ella se puso el dobok para ayudar a su marido a no perder la forma.

Tipo tranquilo, es de los que se transforman en competición. "Los nervios me gustan, me activan y me ponen a punto. Son necesarios para sacar la mejor versión en competición", avisa, dispuesto a sacar su mejor versión por fin como titular.