Xavi Arnau, a contracorriente: "Los tokiotas apoyan los Juegos"
El ex jugador de hockey, medallista en Atlanta 1996, es ahora seleccionador japonés del equipo femenino después de experimentar la ‘prudencia’ nipona.
El pasado mes de octubre, Xavi Arnau, medallista de plata en Atlanta 1996, estaba tranquilo en su casa de Barcelona cuando recibió una llamada. El seleccionador de hockey femenino de Japón había decidido marcharse a Estados Unidos apenas diez meses antes de los Juegos Olímpicos. La situación era alarmante, pero la federación nipona no perdió los nervios. Mentalidad oriental. Elaboró una lista con candidatos y, zoom tras zoom, diseñó una final. La diatriba estaba entre Arnau y un técnico australiano. Y ganó el de Terrassa.
“Tardan mucho en hacer las cosas. Se reúnen, conversan, te interrogan, tardan en decidir, pero cuando lo hacen, aciertan”, dice ahora el seleccionador japonés, uno de los mejores anfitriones que puede tener la delegación española en la villa de Harumi. El 6 de enero, Arnau debía viajar a Japón para empezar el trabajo de campo, pero, de nuevo, todo se demoró. “No llegué, debido a las restricciones, hasta el 27 de febrero y me tuve que pasar dos semanas encerrado en una habitación de hotel. Tenía seguridad en la puerta y me llevaban la comida cada día. Hubo momentos que pensé: ‘Ostia, Xavi, esto es muy duro”, valora en AS.
El seleccionador entró en acción el 14 de marzo con una traductora que le ayuda en la comunicación. “Quería que fuera ex jugadora, y acertamos”. Pero los contratiempos no se detuvieron. Arnau diseñó un plan de preparación a contrarreloj porque las jugadores acumulaban más de un año sin competir. Esa ruta pasaba por Malasia, Corea y una gira antes del Europeo; mientras que India y España estaban invitadas a Japón. No se pudo hacer. El 14 de julio, 420 días después, disputaron su primer amistoso curiosamente ante Argentina, su último rival. Así cerraban un círculo.
Durante este periodo, Arnau, que seguirá vinculado después de los Juegos a la selección nipona, ya ha experimentado la cultura de un país que no ha podido celebrar el evento que le hubiera gustado a causa de la COVID-19. Sus valores le concenden unas virtudes (“la puntualidad y la predisposición al entreno, pueden hacer todo lo que les ordenes”) y también unos defectos (“la toma de decisiones”). Un fisonomía de deportista coherente con la persona, como expone Arnau con un gráfico ejemplo.
“Cuando vas a un restaurante y pides pasta y un entrecot te preguntan hasta tres veces si han entendido bien. Son pesados, pero quieren estar seguros de su decisión. Pero sus reglas son brutales, su educación es formidable”, apuntó Arnau. Su selección se estrenará ante China, que lleva sin jugar desde febrero de 2020 y que no ha salido de su país. “Estos Juegos van a ser muy raros, nadie ha podido hacer la preparación que quería”. Y menos Japón, la selección con mayores imprevistos. Pese a ello, Arnau lo palpa: "Los tokiotas están con los Juegos. Las manifestaciones fueron minoría. La falta de público afectó mucho a los deportistas de aquí, estaban fastidiados, sus familiares y amigos no podrán verlos".