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Ramis: “Tras 44 partidos, ya no sé qué decir a mis jugadores, se lo saben todo”

Ramis busca en el playoff ser entrenador de Primera. Con el Tenerife tiene su segunda oportunidad, tras haberlo disputado en 2019.

Ramis.
JESUS ALVAREZ ORIHUELADiarioAS

Luis Miguel Ramis Monfort (Tarragona, 51 años) busca, por fin, ser entrenador de Primera. Divisa su segunda oportunidad tras haber disputado con el Albacete la promoción en la temporada 2018-19 y ser eliminado por el Mallorca en el primer cruce. Ahora ha dado un paso adelante con el Tenerife en el que jugó dos temporadas (1994-96). Con puntualidad descuelga el teléfono y comienza a jugar la final.

Después de 44 partidos, le esperan dos semanas de máxima intensidad…

No solo son los dos partidos en sí, es todo lo que los rodea. Ahora me han dicho que va a venir toda la familia, hasta mi madre, Amelia, que tiene la pobre 93 años, quiere estar presente. Van a ir a los dos partidos. El primero, desde Tarragona están más cerca, pero también vienen todos en avión a la vuelta…

¿No le parece que este playoff final está mal parido? Se podrían haber acortado los plazos.

La Segunda es agotadora, machacante. Estos últimos días llegas a los entrenamientos y dices, ‘joder’, ya no sé qué decir a los jugadores. Si ya se lo saben todo. A veces les mareas más de lo que debes. Es el momento de quitarles presión. Estos días los jugadores me decían que hubieran preferido jugar los dos partidos en una semana: miércoles y domingo. Se nos va a hacer largo, pero no tengo ninguna queja, es un equipo muy obediente y riguroso en el trabajo.

¿Qué le ha pasado esta temporada al equipo en casa?

Fuera, fuimos cogiendo una inercia buena y cada vez que nos poníamos por delante sacábamos el partido adelante. En casa, alguna vez tratamos los partidos de forma diferente, fuimos demasiado alegres, la gente nos empujaba, nos fuimos de madre y lo pagamos. Los rivales se dieron cuenta y nos penalizaron. Si hubiéramos estado en casa, como fuera, hubiéramos ascendido directos.

El Tenerife es el segundo equipo menos goleado de la categoría. ¿Ahí radica su fortaleza?

Dos más que el Almería… y hasta las últimas jornadas éramos los que menos. Recibir poco significa que tienes la posibilidad de pelear por algo. No es la garantía total, pero si recibes muchos goles te obligas a meter muchos y eso es aún más difícil en Segunda.

Quiere decir que en Segunda prima más defender bien, no recibir que marcar…

Para estar arriba tienes que tener un balance defensivo bueno. En Primera, a los equipos que tienen como objetivo no descender, les ocurre lo mismo. También tienen que tener un planteamiento defensivo muy férreo. Los equipos importantes te castigan con goles. ¿Cómo lo igualas? Intentando encajar pocos. Si defiendes bien y atacas mal, seguramente te mantendrás, pero si defiendes mal y atacas mal, no te salva nadie. No creo que exista ningún entrenador que solo tenga la mirada en que su equipo tenga el balón.

Entramos en la guerra de estilos.

Los equipos que solo piensan en atacar, al final van encajando goles y, normalmente, tienden a cambiar su planteamiento e intentan defender un poco mejor. La ventaja que tienen los equipos como el Almería, el Valladolid, el mismo Eibar, es que además tienen arriba jugadores buenos que encuentran fácil el gol y suman muchos puntos. Si descuidas la parcela defensiva y tienes que hacer muchos goles te quedas en tierra de nadie.

Para los aficionados que no siguen tanto la Segunda, ¿cómo es el Tenerife de Ramis?

Un equipo. Esa es la mejor definición. Siempre trabajamos dándole máxima importancia al aspecto colectivo, aunque sea una suma de individualidades. Tratamos de que lo que brille y haga daño, sea el grupo. Hemos jugado un 1-4-4-2, también 1-4-2-3-1, 1-4-4-1-1… En ataque jugamos con diferentes situaciones intermedias; los medios de las bandas a veces más por dentro, otras más por fuera… Por la inercia nos hemos encontrado más cómodos cuando no teníamos el balón… Cuando nos desorganizamos yendo para arriba tenemos más problemas y cuando nos juntamos nos sentimos mejor.

Vaya charla motivadora que le salió el otro día antes del partido contra Las Palmas… Dijo sentirse jugador, querer ponerse la camiseta y jugar…

Soy una persona a quien no le gusta improvisar. Pero con los sentimientos es difícil no hacerlo y caí un poco en la improvisación. Vas pensando toda la semana qué decir en esa charla, pero hasta que no te pones en el momento, no sabes por dónde vas a salir. Me salió de dentro. Es verdad lo que les dije. Es de esos partidos en los que uno cierra los ojos y quiere ponerse la camiseta para jugar porque es el partido que persigues durante todo el año. Con un ambiente de fútbol extraordinario que tenemos que tener en cuenta para valorar todo. A veces los sentimientos hablan y salió lo que salió. Lo importante fue que los jugadores lo entendieron, les llegó el mensaje y eso es lo más importante para un entrenador.

La Primera, como entrenador, se le resiste.

Es uno de mis objetivos, de mis retos. Estamos convencidos que lo vamos a conseguir. Ha sido un buen año y si no acabamos en Primera lo seguiremos persiguiendo. Tengo un año más de contrato, todos estamos contentos y lo normal es que lo cumpla.