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LEVANTE

La prueba del algodón para Musonda después de sus lesiones

El jugador belga trata de ganarse un sitio en la plantilla del Levante de Nafti tras sufrir dos roturas de cruzado que le hicieron plantearse la retirada.

Musonda, entrenando con el Levante.

Charly Musonda (Bruselas, 1996) está a prueba en el Levante. El club de Orriols hizo ayer oficial su incorporación a los entrenamientos de Nafti. En las próximas semanas se decidirá si se queda en Valencia o continúa llamando a la puerta de otros clubes donde prolongar una carrera que prometía tanto como lesiones después ha sufrido el mediocentro diestro. Musonda, el adolescento por el que pagó el Chelsea 2,5 millones y que encandiló a la afición del Betis en su breve estancia allí, tiene ante sí la prueba del algodón.

La historia de Musonda es la de tantos otros chavales a los que las lesiones frenan en seco. Con apenas 15 años recaló en la cantera del Chelsea procedente del juvenil del Anderlecht. Musonda podría presumir de que en su currículum figuran partidos en la Liga (24), Premier League (3), Premiership escocesa (4), Euredivisie neerlandésa (4) y hasta de la Europa League (2). Pero la verdad es que su carrera ha sido más bien una de obstáculos, hasta llegar con 25 años a estar sin equipo, que es como ha llegado al Levante tras haber estado también a prueba en el modeso Zulte Wagerem belga.

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Musonda, tras pasar por las inferiores del Chelsea, llegó en enero de 2016 en calidad de cedido al Betis. Allí vivió la cara alegre del fútbol. Nunca mejor dicho lo de la cara, porque la grada de Heliópolis llegó a hacerse máscaras de cartón con el rostro del futbolista belga, que les cautivó por su regate, atrevimiento, velocidad y desequilibrio. Dos goles y una asistencia le valieron para ganarse otro año más como verdiblanco. Pero ahí comenzó a cambiar su suerte. Con Gustavo Poyet empezó a tener un rol más secundario y los problemas de rodilla empezaron a lastrarle.

En enero de 2017, por ese cúmulo de factores, el Betis rompió su cesión y Musonda regresó al Chelsea. A partir de ahí su progresión se frenó. Pasó sin pena ni gloria por el Celtic de Glasgow y Vitesse. Entre medias se rompió dos veces el cruzado. Su contrato con el Chelsea finalizó el pasado mes de junio. Fue entonces cuando llegó a prueba en el Zulte Wagerem. Allí al menos comprobó que la rodilla le responde y ahora trata de ganarse un sitio en el Levante.