Kiko Olivas: “Si la afición es exigente te obliga a sacar tu máximo rendimiento”

Kiko Olivas, nacido el 21 de agosto de 1988 en Antequera, sigue disfrutando del fútbol en el Cartagena, donde acumulan una racha que les ha hecho pasar de la zona de descenso a ser el mejor equipo de 2024. Ahora el central, que vuelve tras lesión, tiene la ilusión de enfrentarse al club donde reconoce pasó sus mejores años como futbolista.

Creo que ha estado con molestias, pero ya parece recuperado, ¿estará para el partido contra el Real Valladolid?

Sí, desde hace un par de semanas llevó arrastrando unas molestias que me han impedido ir convocado las últimas dos semanas, pero ya en esta me he entrenado bien con el grupo y espero estar en plenas condiciones para el fin de semana.

¿Qué tal el cambio de Valladolid a Cartagena?

Estamos muy bien, la verdad es que el cambio fue complicado después de cinco años porque Valladolid era nuestra casa, donde vivimos momentos increíbles, pero luego aquí nos adaptamos súper bien, el clima favorece que la integración sea mucho más fácil, los niños se relacionan mucho más. Estamos muy contentos, muy a gusto.

Hicieron una mala primera vuelta, pero en la segunda, en 2024, son el mejor equipo de la categoría... ¿Qué les ha dado Calero?

Al principio de temporada nos costó muchísimo, al punto de que tocamos fondo, íbamos bastante mal, el día a día era complicado anímicamente, pero cuando nos fuimos de vacaciones de Navidades todo cambió. Esos días nos vinieron bien y a la vuelta cogimos fuerza y empezó a salir todo de otra manera, empezamos a tener buenos resultados, la confianza se llenó por completo y ahora estamos bien, seguros de nosotros mismos.

¿Pero el cambio de Calero fue más táctico o fue más mental?

Es todo un conjunto, nuestra base es unirnos, juntarnos, ser solidarios en el campo, dejarnos el máximo en el campo por el compañero. Crear ese vínculo fuerte y unido que no pueda nadie con nosotros. A partir de ahí ir hacia adelante y sacar los partidos adelante, pero eso es un cúmulo de cosas. Logras el primer resultado positivo y te liberas un poco, empiezas a coger confianza, que es clave para un futbolista, para un equipo en general. Nosotros ahora somos un equipo que al míster le gusta que seamos estrechos, que estemos juntitos.

¿Cómo ve al Real Valladolid?

Lo veo bien, es un equipo candidato a lo máximo. Supongo que habrá dudas, incertidumbres, porque no acaban de estar en los dos primeros puestos. Están en la pelea y seguro que en este tramo final irán a muerte.

¿Le extraña el clima que se vive? ¿Cómo le afecta a los jugadores?

Siendo jugador, lo más importante es abstraerse de ese ruido exterior e ir juntos de la mano. Extrapolándolo a lo que nos pasa a nosotros, lo más importante es la confianza, estar unidos como grupo. Conozco a la afición de Valladolid, es exigente, como debe ser porque es un club, una ciudad, un club que debe estar en la máxima categoría. Cuando yo estaba allí también se nos exigía eso mismo. Creo que es de agradecer que sea una afición exigente porque así tú puedes sacar tu máximo rendimiento. Hay que llevarlo bien, asumirlo, tener la mente fría, saber lo que hay que hacer en cada momento y tirar para adelante.

De los cinco años en Valladolid, ¿qué recuerdo tiene?

Tengo un recuerdo maravilloso, la verdad es que deportivamente fue la mejor etapa de mi carrera, he vivido momentos muy bonitos, muy importantes, que han marcado mi trayectoria en el mundo del fútbol y, personalmente, más porque nació allí nuestro segundo hijo, me casé con mi mujer allí, hemos hecho grandes amistades para toda la vida. Es un club, una ciudad que para nosotros ha quedado muy marcada y lo será para el resto de nuestra vida.

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¿Le dolió que no le renovaran?

Dolió mucho por el cariño, por todo lo que habíamos vivido allí y las ganas que teníamos de seguir, pero somos profesionales, sabemos cómo funciona esto y que podía pasar. El último año que no estaba jugando tanto nos hacía intuirlo, pero cuando estás a gusto en un lugar que considero ideal para jugar al fútbol pues claro que duele.

Aquella maldita lesión que se le produjo en Eibar, con aquel bordillo, ¿cuánto pudo influir en su salida?

Mucho, porque cuando viene la lesión creo que estoy en uno de los mejores momentos de mi carrera, jugando a un gran nivel. El año que no juego el equipo desciende, cambiamos de entrenador, la dinámica es diferente y llego al último año de mi contrato y no sigo adelante. El porcentaje de incidencia de esa lesión puede ser elevado, nunca se sabe que habría pasado si yo no me hubiese lesionado. Tampoco lo pienso.

Usted fue pareja de Calero y de Salisu, dos de las ventas más importantes del club...

Me enorgullece que dos compañeros que jugaron en su día a mi lado pues haberles ayudado en todo lo que yo podía o estaba en mi mano para que progresaran en su carrera y siguieran adelante. Me alegro por ellos porque eran grandísimos jugadores y grandísimas personas.

La semana pasada se archivo el caso Oikos, una mancha que algunos pusieron sobre aquella plantilla del Real Valladolid en la campaña 2018-19, ¿sintió alivio?

Alivio, no, más bien alegría. Alivio poco porque sabíamos perfectamente que no habíamos hecho nada de lo que se decía. Más bien alegría, sobre todo, por mi amigo Borja que sufrió muchísimo y este caso le perjudicó y le cambió la carrera (como dijo en la entrevista de AS) por completo. Es una alegría que, por fin, haya acabado de la mejor manera.

Kiko Olivas, con 35 años, ¿piensa ya en el siguiente paso o disfruta del presente?

Disfruto de lo de ahora. Yo me siento con ganas, con fuerza y tengo ganas de seguir jugando unos cuantos años más. Estoy disfrutando muchísimo, de momento no pienso en el siguiente paso.

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