Fichado: No hay apellido más racinguista que Pombo
Jorge Pombo rescindió esta tarde con el Cádiz y firma para las dos próximas temporadas
Es difícil encontrar en el imaginario racinguista un apellido con más resonancias verdiblancas que el de Pombo. El club nació en 1913 precisamente en la Plaza de Pombo, en el centro de la ciudad, fundado por un grupo de chavales de la zona, vecinos e hijos de los comerciantes que tenían sus negocios en la plaza. Allí mismo acude cada 23 de febrero el Racing para dejar un ramo de flores bajo el busto de Pancho Cossío, uno de aquellos chavales, primer secretario y, con los años, gran pintor. Además, el apellido Pombo lo han llevado varios jugadores del club y un rival inolvidable, Luis Pombo, defensa del Getafe y autor de un autogol en Las Margaritas que supuso el ascenso del Racing de Felines en 1991. Ahora, 31 años después, llega otro Pombo, Jorge. El 14º fichaje de la temporada 22/23.
Si el Racing buscaba un mediapunta de calidad, ya lo tiene. Si algo no se le puede discutir a Jorge Pombo, de 28 años, es que su posición natural es precisamente que tiene una clase indiscutible con el balón en los pies. Y que puede jugar por detrás del delantero. También le gusta partir a pie cambiado, en la izquierda, de fuera a dentro, como también prefiere Íñigo Vicente, pero se arregla de mediapunta. Forjado en el fútbol base del Real Zaragoza y durante varias temporadas considerado la perla de la cantera blanquilla, Pombo fue durante dos temporadas, la 17/18 y la 18/19, ambas en Segunda, el jugador más destacado de los de La Romareda. En la 19/20, Víctor Fernández, que le pedía más trabajo, acabó sacándole del once primero y del club después, en el mercado de invierno.
El Cádiz aprovechó ese desencuentro entre los dos zaragozanos para comprar por 1,2 millones de euros los derechos del por entonces muy prometedor jugador. Sin embargo, Pombo se encontró en el por entonces todavía Ramón de Carranza con Álvaro Cervera, un técnico mucho más intransigente con la obligación de hacer trabajo defensivo todavía que Víctor Fernández y nunca acabaron de sintonizar. Tras temporada y media vestido de amarillo, el aragonés salió cedido al Real Oviedo, en donde coincidió con Matheus Aias. Ninguno de los dos triunfó en el Tartiere.
Este verano, de vuelta en el Cádiz, ya con otro entrenador, Sergio González, ha completado la pretemporada, ha llegado a jugar en cinco amistosos, Barbate, Málaga, Las Palmas, Lille y Sevilla, el último el 6 de agosto, pero no convenció al míster. Desde hace varias semanas sus agentes y Vizcaíno, el presidente cadista, negociaban una salida que se ha cerrado esta tarde, ya al límite del cierre del mercado y con el Racing esperando con un contrato ya apalabrado.
