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REAL VALLADOLID

Fenaert: “No tenemos ninguna intención de vender”

El director general del Real Valladolid insiste en la idea de Ronaldo de seguir al frente del club y en la de estar abiertos a una consulta sobre el escudo.

Actualizado a
Matt Fenaert, en la entrevista en Cadena SER Valladolid.
José Luis Rojí

Matt Fenaert, director general del Real Valladolid, lleva un lustro como ejecutivo de la entidad. Después de cinco años, al escuchar a la Prensa, entendió la necesidad trasladada por esta de “oír otra voz” en público, lo que le ha llevado a conceder varias entrevistas como la realizada por SER Deportivos Valladolid, donde trató sin tapujos los temas centrales de la actualidad del club, empezando por la posible consulta con los abonados respecto al escudo y por la la negativa de la propiedad a vender.

“No sé de dónde viene el rumor de la venta, pero lo he leído, al menos, seis veces en estos cinco años. No hay ningún fundamento; nunca hemos recibido ninguna oferta. No tenemos intención de vender; ninguna. Ni hay prisa ni hay necesidad en este sentido, y hablo con propiedad”, defendió el CEO de la entidad, para quien estar en el Real Valladolid es “una alegría y un honor” que se relacionan con su gran pasión por el fútbol, un mundo al que llegó hace tiempo y con el que su ligazón se reforzó de la mano de Ronaldo Nazário después de participar en diferentes eventos como Mundiales o Juegos Olímpicos en Octagon.

Fue franco también al recordar que la posible consulta del escudo fue puesta por la propia entidad como punto del día de cara a la primera reunión del Comité Consultivo del Abonado, que tiene ocasión hoy martes. “Notamos que hay una inquietud respecto al escudo. Vamos a ver si este comité, que tiene representantes de varias partes de la afición, siente esta inquietud y la necesidad de un referéndum. Si la decisión es que sí, iremos adelante con ello”, explicó, al tiempo que manifestó que en el Real Valladolid se han recibido peticiones de someter la vuelta o no del emblema anterior a votación por parte de quienes prefieren el ‘nuevo’.

“A nosotros no nos hace gracia ver desunión dentro de la afición; se pueden tener diferentes opiniones, pero tampoco queremos que haya un enfado grande y una desunión así, y creo que esta puede ser una solución para resolver esta situación”, explicó, dado lo atípico del momento actual, en el que la masa social es mayor que nunca y, sin embargo, se ha producido tal ruido y tantas discrepancias respecto a este tema, que, en todo caso, debe ser objeto de un estudio legal (ya iniciado con los abogados del club) al no existir una normativa clara sobre el modus operandi o el quórum.

Fenaert no negó que para el club volver al anterior escudo sería “un problema”, después de batir “todos los records” y del impacto financiero que ha tenido, por ejemplo, colocar el actual “en espacios de visibilidad en el estadio y en Los Anexos”, además de lo que supone en cuanto a imagen pública, entre otras cosas, en redes sociales. “El cabreo de la masa social por bajar a Segunda y que el Atlético de Madrid lo haya hecho creo que ha dado fuerza a la gente a favor del antiguo. Nosotros tenemos que escuchar a la afición y ser muy justos”, reconoció, sin esconder que “no sería justo con las personas favorables al nuevo” que, en caso de producirse la consulta, los votantes a favor del anterior no fueran “un número representativo”.

Hablando de estos cinco años de experiencia en el Pucela, el dirigente reconoció que no han “conseguido los objetivos marcados al inicio” de esta etapa, más ambiciosos que los dos descensos vividos en tres años, aunque siguen “trabajando por ellos y manteniendo la ilusión”. A su modo de ver, la distancia entre los clubes grandes y los modestos “es mucho mayor hoy que hace 20 o 30 años”, aunque no quiso poner paliativos a esta cuestión, ya que “el resultado está ahí y, con toda la humildad, hay que asumirlo”. También, con el objetivo claro de “volver a Primera”.

Que no será sencillo es un mantra conocido en una ciudad que ha vivido demasiados años en Segunda últimamente, y más con el daño hecho por el último descenso, mayor que el anterior. Perder la categoría provocó un cabreo que también hay dentro de las oficinas, donde “la frustración ha sido muy grande” y donde se echan “muchas horas”, en áreas que pueden parecer menos importantes, y que lo son, pero también en tener una gestión tan profesional como la que defendió el director general, sin obviar, no obstante, “que el fútbol es la prioridad uno, dos y tres”, en la que se ha puesto “todo el esfuerzo”.

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