Bebé: “Me gustaría seguir en el Real Zaragoza, pero no depende sólo de mí”
“Yo dejo la puerta abierta. Tengo un contrato largo con el Rayo y su presidente me quiere un montón, pero aquí soy feliz”, afirma en una entrevista conjunta con AS y Radio Zaragoza.
Tiago Manuel Dias Correia, Bebé, (Loures, Lisboa, 1990) ha caído de pie en el Real Zaragoza, lo que no resulta precisamente fácil. El extremo internacional caboverdiano, refuerzo invernal de urgencia, ha ofrecido un rendimiento notable desde el primer día y se ha ganado el cariño de La Romareda. Su futuro está en manos del Rayo, con el que tiene contrato hasta 2025, pero, según desvela en una entrevista conjunta con AS y Radio Zaragoza, en el programa ‘Ser Deportivos Aragón’, le gustaría prorrogar su cesión. Cordero y Escribá ya se han puesto manos a la obra en esta cuestión.
–¿Cómo marcha la semana tras la victoria contra el Granada?
–Está siendo fantástica y ahora ya estamos con la cabeza en el Racing porque cuando las cosas van bien, siempre tienes ganas de ganar el partido siguiente. Estamos todos centrados en el partido del sábado para poder ganar al Racing, que es nuestro objetivo principal.
–¿Fue el partido más completo del Zaragoza esta temporada?
–Colectivamente se puede decir que fue un partido muy competitivo contra un rival muy fuerte de la categoría. Lo preparamos bien y demostramos que tenemos un equipo que la gente tiene que empezar a respetar más. Estamos demostrando que hacemos un buen fútbol, que tenemos mucho carácter y que sabemos lo que queremos y lo que hacemos. Estamos en un momento bueno y debemos disfrutarlo, pero siempre con los pies en el suelo. Hay que ir partido a partido y si seguimos así podemos hacer cosas interesantes en lo que queda de temporada.
–¿Por qué decidió venir al Real Zaragoza en enero?
–El fútbol es así, son momentos. Yo podría haber seguido en el Rayo y también hubo equipos de Primera a los que pude haber ido, pero no me llamaron la atención. El que me llamó la atención fue el Real Zaragoza y no me arrepiento.
–¿Por qué le llamó la atención?
–A mí me gustan los retos y además conocía al entrenador. Siempre tuvimos ganas de trabajar juntos, ya que me intentó contratar cuando estaba en el Elche o el Getafe, pero nunca había podido ser. Me gusta cómo trabaja, cómo respeta a los jugadores y cómo transmite lo que quiere, así que cuando surgió la oportunidad de venir no me lo pensé dos veces y estoy muy feliz.
–¿Y a partir del 30 de junio dónde estará? ¿Cuál es su deseo?
–Mi deseo es hacer el máximo número de puntos, que el equipo termine bien y que yo también termine bien y sin lesiones. Después me iré de vacaciones para descansar un poquito y ya mi representante y el Rayo se pondrán a decidir mi futuro. A mí gusta estar donde soy feliz y la gente me respeta y me da cariño. Yo siempre dejo las puertas abiertas porque el Zaragoza me está tratando bien y me está demostrando el respeto y el cariño que yo necesitaba para mi vida personal y futbolística. Espero que me dejen las puertas abiertas por si se da la oportunidad de volver. Si dependiera sólo de mí tomar una decisión sería más fácil, pero no depende sólo de mí.
–¿Pero le gustaría seguir si dependiera de usted?
–Sí, porque estoy feliz y estoy jugando. Me gusta sentirme importante. Tengo un contrato largo con el Rayo, el presidente me quiere un montón, tenemos una relación muy fuerte ahí y por eso digo que no depende sólo de mí. Tampoco sé si el entrenador va a seguir o va a llegar otro. Por tanto, depende de muchos factores, hay que esperar y ya tomaremos la mejor decisión para mí.
–Pero tratándose de un jugador tan importante como usted, también tendrá peso su opinión…
–Creo que sí que va a pesar, pero cuando tienes contrato en vigor, puedes tener peso, pero los contratos hay que cumplirlos y por eso no depende sólo de ti. Cuando tú respetas a la gente y eres buena persona, los demás también suelen respetar tu decisión. Tengo que hablar con el club y con mi representante y veremos la mejor solución para todos.
–La temporada que viene el Real Zaragoza tiene el reto, casi una obligación, de ascender a Primera División. ¿Es un factor más ilusionante y motivante?
–Siempre es mejor tener el reto de subir a Primera y estar en los puestos de arriba que estar peleando para no bajar. El propio club es lo que va a intentar hacer la próxima temporada. La calidad ya la tiene el equipo. Cuando llegué no había mucho gol, pero la gente está bien, centrada y con ganas de demostrar y el gol está apareciendo ahora. Mi llegada fue para ayudar y los compañeros creo que sintieron que era uno más que había venido a ayudar. Ellos también me ayudaron y creo que todos juntos estamos haciendo algo bueno.
–¿Cordero y Fran Escribá le han comentado ya si les gustaría que continuara?
–Saben mi sentimiento, que aquí estoy feliz y bien, pero que tengo un contrato que cumplir y no depende sólo de mí. Somos todos adultos y profesionales y es una cuestión de sentarnos todos y tener una charla para ver a dónde podemos llegar.
–El sábado pasado coincidieron por primera vez como titulares Bermejo, Giuliano, Azón y usted y el equipo mostró una mayor amenaza en ataque. ¿Qué tal se entiende con ellos y qué destacaría de cada uno?
–Somos jugadores con características diferentes. A uno le gusta tener más el balón, otros son más de pelear, otros más de correr… Creo que nos estamos adaptando bien y que son jugadores jóvenes con mucho talento. Siempre les digo que hay que trabajar a tope porque el fútbol es como un tren que pasa rápido y hay que aprovechar las oportunidades. Siempre intento darles consejos y a mí me gusta jugar con los tres. Son jugadores a los que les gusta trabajar mucho y muy peleones. Trabajan y presionan más que yo, claro, y me gusta esa energía y esas ganas que tienen de demostrar. Creo que hasta final de temporada van a meter muchos más goles.
–¿Considera que le beneficia jugar con Azón, Giuliano y Bermejo porque así los rivales tienen que repartir la atención?
–Me liberan. Giuliano y Azón son jugadores muy parecidos, que presionan mucho, y yo el otro día les decía que pelearan con los centrales y yo me quedo abierto solo y cuando el balón me llega, tengo un uno contra uno. Contra el Granada no tuvimos muchas oportunidades de hacerlo, pero yo hablé mucho con los dos sobre eso. Yo si fuese central, estaría muy incómodo con ellos. Técnicamente no son muy fluidos, pero tienen muchas cosas que te pueden dar. A mí me gusta jugar con los dos porque son dos futbolistas que te van a correr todo el partido. El partido les puede salir bueno o malo, pero sabes que se van a dejar todo en el campo y eso es bueno. Que los compañeros estén corriendo como locos por ti y por el equipo da la vida.
–¿Qué jugadores le sorprendieron más cuando llegó al Zaragoza?
–Giuliano, que es muy potente y diferente; Bermejo, que tiene una técnica muy fluida; a otros ya los conocía, como Jair, Jaume o Mollejo. ¿Francho? No lo conocía. Son jugadores muy jóvenes, pero tienen mucho talento y energía, como Francés. ¿Pau Sans? A mí me gusta mucho y veo que el míster lo puede utilizar en cualquier momento. Es un niño que está con ganas, muy humilde, trabajador y tiene mucha calidad. Cuando empezó a entrenar con nosotros le preguntaba a Cordero que quién era este chico. Le tengo cariño y si le puedo ayudar, lo haré. Creo que tiene futuro.
–Una de sus principales cualidades es el golpeo de balón…
–La verdad es que soy un jugador muy atrevido y que no tiene problemas de asumir el riesgo de fallar. El fútbol que juego yo es así. Pienso que si no lo intentas, no lo consigues, así que soy muy atrevido y sé que puedo tirar de cualquier lado porque sé que tengo fuerza.
–A Cristian Álvarez le hizo un golazo en Vallecas. ¿Se lo ha comentado?
–El año que ascendimos. Un día en el vestuario se lo dije y se rio. Es un jugador que me ha sorprendido mucho como persona y como atleta. Le tengo mucho cariño porque siempre hablamos y además es de las personas que más quiere que me quede. Siempre me está diciendo que me quede y que me necesitan.
–¿Ese golpeo se lleva en los genes o se trabaja?
–Yo creo que es algo natural, pero cuando estuve en Inglaterra lo entrené mucho. Tengo mucha fuerza, fue una forma de golpear que aprendí y ahora me sale como si fuese natural.
–¿Tiene ganas de marcar algún gol de falta en estas últimas siete jornadas?
–Desde que llegué la gente comenta que le encantaría que yo marcara un gol de falta y espero que sea el sábado. Me gustaría meterlo en La Romareda para que la gente disfrute un poco. Yo le meto mucha fuerza y sé que si va a portería puedo hacer gol y también que si va mal puedo sacar el balón del estadio, pero yo me atrevo.
–Su trayectoria ha sido amplia y en equipos punteros como el Manchester United. ¿Se aprende de cada una de esas experiencias?
–Puedo decir que pasé por grandes equipos y cada uno de ellos tiene su importancia y su historia. Allá a donde voy aprendo bastante, tanto de los equipos como de mis compañeros, de la afición, de la ciudad… Siempre tienes cosas nuevas que aprender y puedo decir que tengo una carrera muy buena, pero aún no ha terminado y creo que tengo muchos años para jugar.
–Y eso que tuvo dos lesiones muy graves de rodilla…
–Pasó cuando llegué a Inglaterra, en un momento en el que estaba muy bien y me iba a comprar el Besiktas, y también cuando estaba en el Rayo con Paco Jémez, que me rompí el cruzado y los dos meniscos. Fueron dos años de mi vida un poco jodidos porque me operaron cuatro veces, fui como doce veces al quirófano, perdí once kilos, estaba en depresión, la gente no sabía qué hacer… Ahora puedo decir que estoy bien, juego, meto goles, soy feliz y disfruto mucho más del fútbol porque llegas a pensar que igual no puedes volver a jugar. Alberto García y yo nos rompimos al mismo tiempo y él tuvo que retirarse porque no se llegó a recuperar.
–¿Hasta qué punto tuvo esa preocupación de que igual no podía volver a jugar?
–Hubo varios días en los que pensé que no iba a volver a jugar porque los doctores no sabían qué hacer. Me abrían cada dos semanas y hubo un momento en el que yo ya estaba tirando la toalla. Durante dos semanas dejé de entrenar y de hablar con la gente porque estaba muy mal, pero hablé con quien tenía que hablar y llegué a la conclusión de que no podía terminar así. Volví a la rutina y ahora estoy aquí.
–Hace unas semanas no pudo jugar contra el Albacete al estar con su selección e incluso frente al Levante sólo pudo disputar unos minutos por todo el cansancio acumulado tras más de un día de viaje. ¿Entiende que la Segunda División no pare en las fechas FIFA?
–Por mucho que sea la Segunda, hay equipos con jugadores que van con su selección y se podría parar para que los equipos no sufriesen las bajas que sufren. Yo me perdí un partido, pero casi me pierdo un segundo porque llegué tarde y cansado. Tras treinta horas de viaje, no paré y jugué al día siguiente. Eso puede provocar incluso lesiones. Sería mejor si la Segunda División también se parase.
–Ahora que ya lleva unos meses en Zaragoza, ¿se imagina lo que sería aquí un ascenso?
–El del Rayo fue una locura, pero a mí me gustaría vivir ese ascenso con el Zaragoza. Sería algo fuera de lo normal. Ningún equipo lo viviría tanto como el Zaragoza tras diez años en Segunda. Sería algo único e histórico. Cuando iba a venir, la gente siempre me decía que el Zaragoza es un grande. Y cuando llegué aquí me di cuenta de ello, ya en la presentación. Había 50 o 60 niños esperando, con el frío que hacía, y me pidieron un montón de vídeos y fotos. Ahí te das cuenta de lo que es el Zaragoza. Allá donde vas, la afición te trata bien y te apoya. Los niños te ven y parece que eres el mejor jugador del mundo. Te sientes un grande y te entran ganas de estar jugando y disfrutando en este club.
–¿Siente esa responsabilidad que supone jugar en el Real Zaragoza?
–A mí me gusta la presión y las críticas porque cuando la gente me critica, al siguiente partido intento hacerlo bien para que la gente me aplauda. A mí me gusta la presión, pero jugar aquí se nota.
–¿Considera que la permanencia ya está cerrada?
–No hay que pensar así. Llevamos siete partidos sin perder sin pensar en bajar o subir y debemos seguir así. Debemos pensar en ganar al Racing en casa y después pensaremos en el Eibar.