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REAL VALLADOLID

Roque y Plano, en la hora de la verdad

Ambos veteranos han reaparecido en los planes de Pezzolano después de vivir situaciones impropias desde que son jugadores del Real Valladolid.

Actualizado a
VALLADOLID. 23/05/23. PHOTOGENIC. PARTIDO DE LA LIGA SANTANDER ENTRE EL REAL VALLADOLID Y EL F.C. BARCELONA. ROQUE MESA
PHOTOGENIC

El reloj del Real Valladolid marca la hora de los valientes, la hora de la verdad. Después de coquetear con el descenso en las últimas jornadas, después de encadenar cinco derrotas consecutivas, el conjunto blanquivioleta llega a las dos últimas fechas defendiendo su estatus de Primera. Esta defensa se hizo férrea ante el Barcelona, en una victoria que puso patas arriba la lucha por la permanencia y que sirvió para volver a ver en el once a dos de los más expertos, Roque Mesa y Óscar Plano.

El mediocentro y el mediapunta no eran titulares desde el partido frente al Mallorca, en el que debutó Paulo Pezzolano en el banquillo y en el que ambos fueron sustituidos en la segunda mitad. Mediaron siete envites desde aquellos primeros días de abril, en los que Zorrilla los despidió con una pitada, hasta este pasado martes, cuando esos silbidos se tornaron en aplausos, tal y como había aventurado su técnico, que destacó cuánto venían aportando “desde el lugar que les tocaba”.

Si entrar en demasiado detalle, Pezzolano felicitó a Óscar Plano reconociendo que “el jugador pasa por momentos duros”, y es que, desde que llegó al Real Valladolid, nunca el madrileño se había visto con este rol tan secundario como el que ha vivido en las últimas semanas. En Liga, entre Primera y Segunda, acumula más de 200 partidos, 168 de ellos saliendo de inicio, y jamás había sumado seis suplencias consecutivas, ni con Luis César, ni con Sergio, ni con Pacheta, quienes le otorgaron a menudo un estatus predominante en el equipo incluso en sus momentos más grises.

Algo parecido pasaba con el canario, a quien solo en su llegada le costó entrar allá por 2020. Entonces, no entró en el once hasta noviembre, debido a diferentes avatares que, en cualquier caso, le impedían estar disponible para Sergio González. Una vez apuró su estado de forma, se convirtió en comandante en jefe, también, y sobre todo, para Pacheta, que apostó por él en 37 de las 39 ocasiones en las que pudo alinearlo de inicio en Segunda. Aun en el banquillo, ‘El Papa’ le concede galones, como explicó también: “Apareció como el capitán del grupo que tenía que aparecer”.

Y es que, ante el Barcelona, Mesa y Plano, que antes de la llegada del uruguayo sumaban tres y cinco suplencias nada más en Liga, dieron un paso adelante necesario, que sirvió para ver un equipo equilibrado y, a la vez, valiente. El centro del campo concedió menos espacio a sus espaldas que en oportunidades anteriores sin dejar, por ello, de demostrar el hambre que requiere la situación, las ganas de dejar atrás los fantasmas en pos de una victoria a la que querrán dar continuidad en Almería, donde el reloj volverá a marcar la hora de la verdad, la hora de ser valientes en pos de la salvación.