Lunin choca con un muro
El ucranio destacó en Butarque, salvando dos goles, pero su sino está sellado haga lo que haga. Courtois se pondrá los guantes en las semifinales de Copa.
El rictus pétreo y la mirada glaciar de Andriy Lunin no encuentran motivos para relajarse. El ucranio destacó en Butarque, en esos cuartos de Copa que el Madrid sacó adelante sobre la bocina, pero disfrutó de la que puede ser su última presencia bajo palos en mucho tiempo. Courtois retomará la titularidad en las semifinales coperas, la que ostentará tanto en Liga como en Champions de manera perenne, salvo percance. Lunin salvó dos goles en esta eliminatoria contra el Leganés en una muestra de que no arroja la toalla, pero sabe que choca con un muro.
Las instrucciones de Ancelotti no han dejado dentro del vestuario dudas. Tibu titular en todos los títulos, incluido el sprint final de Copa en el que el bombo puede deparar otro derbi o un Clásico. Eso es territorio Courtois. Y más porque aunque el ucranio respondió en Leganés, negándose a bajar la cabeza ante un destino que no puede cambiar haga lo que haga, su temporada no está siendo buena. Ha estado en la foto de tres derrotas de calado en las que tuvo que suplir a su compañero belga, lesionado. Fue titular en el 1-0 en Lille y el 1-3 ante el Milan, donde pudo hacer algo más en los dos últimos tantos rossoneri.
No sólo en Europa, la otra vino en la Liga y con todo el planeta mirando. Fue el 0-4 del Clásico, en el que no ofreció apenas oposición al ataque culé. Nada que ver con sus brillantes prestaciones de la campaña pasada, en la que se quedó en el banquillo en la final de Wembley, pero sí sobresalió en la de la Supercopa de España (4-1) contra el Barcelona, y también en el Clásico liguero (3-2). En el derbi también dio la talla (1-1). Pero Ancelotti formalizó y casi talló en piedra la jerarquía de la portería blanca en cuanto se recuperó Courtois en el tramo final del curso pasado. “Para mí no hay debate”, zanjó el transalpino.
Cinco años más
La situación Lunin la tiene tan asumida que por ello finalmente aceptó la renovación que le planteó el club blanco. Y no una corta, precisamente. Amplió hasta 2030. Un nuevo contrato en el que se plasmó una ligera subida de sueldo. Su agente, Jorge Mendes, tanteó el mercado, pero no llegaron al Bernabéu ofertas de calado por el guardameta eslavo. Ambas partes optaron finalmente por proseguir con este status quo. Lunin se asegura su futuro y el Madrid recibe estabilidad mientras se ‘cocina’ el de Courtois, cuya vinculación termina en 2026.
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