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ATLÉTICO DE MADRID

La mesa de Griezmann

El francés vuelve a brillar, con gol, asistencia y omnipresencia. 150 dianas de rojiblanco. En su mejor versión, es una de las figuras de Liga.

MADRID, 04/03/2023.- El delantero del Atlético de Madrid Antoine Griezmann, al término del partido de Liga en Primera División que Atllético de Madrid y Sevilla CF han disputado este sábado en el estadio Civitas Metrpolitano, EFE/Sergio Pérez
Sergio PérezEFE

El Atlético cuenta con un futbolista descomunal en sus filas. Un primera clase. Y aunque muchos pensaron que Griezmann no podría volver a serlo, tanto en el Barcelona como en el Atlético, Simeone siempre confió en él. Si ante el Sevilla era la fiesta del Cholo, el francés hizo suyo aquello de que es de bien nacido ser agradecido y dejó una exhibición para endulzar la noche del técnico que más jugo le ha sacado y le ha llevado hasta la élite. El abrazo en la celebración o el beso del argentino a la conclusión del partido, una muestra de cariño en la que no suele explayarse, deja a las claras la devoción entre uno y otro.

Y ya es indudable que el mejor Antoine Griezmann ha vuelto. Una versión diferente, más madura, inteligente, generador de juego, con menos llegada a puerta, el pelo de color rosa... y que poco tiene que envidiar a aquel delantero que durante dos temporadas fue determinado como Balón de Bronce (tercer mejor jugador del mundo). Contra el Sevilla, el francés recuperó el cañón en su pierna izquierda para hacer un golazo desde fuera del área que ponía el 3-1 y volvía a ampliar la ventaja en un partido que acabó en festín (6-1). Su gol 150 de rojiblanco según las estadísticas del club y que le sitúan a 22 de Luis Aragonés como máximo anotador de la historia del Atlético. Antes, había asistido a Memphis para que abriese el marcador con un fantástico envío al espacio donde el neerlandés quedaba mano a mano ante Bono y no fallaba en la definición.

Y después controlaba el balón casi en área propia, se recorría todo el campo y servía un pase de muchísimos quilates para que Morata, en dos tiempos, acabase haciendo también el primero de sus dos goles. Griezmann es generoso y no tiene favoritismos, asiste a unos y otros por igual y será el acierto de sus compañeros lo que determine quien debe ser su acompañante. Sólo el de Memphis sumará en su casillero de máximo asistente de LaLiga, pero el de Morata tuvo el mismo mérito o más. Al igual que en el tanto de Hermoso en el derbi del Metropolitano, el toque intermedio de un rival le resta una estadística más que merecida. Pese a ello, Griezmann suma ya diez pases de gol en lo que marcha de curso, ocho de ellos en Liga. La anterior había llegado una semana antes en el Bernabéu con su extraordinario centro para Giménez.

Sin embargo, el francés hace muchas más cosas. Todo el fútbol colchonero orbita en torno a él. Se gusta, se sabe importante, combina con Koke, con Lemar, con Memphis, Llorente, Carrasco... todos le buscan. Frente al Sevilla completó 39 pases (84,8% de acierto), 31 de ellos en campo rival. Controles, cambios de juego, destellos, combinaciones... detalles técnicos que dan valor al abono de los socios rojiblancos. Pero a Simeone le aporta mucho más. Se midió en 13 duelos cuerpo a cuerpo, el que más del partido. Y ganó el 69,2% de ellos. Recuperó cinco balones y provocó cuatro faltas. Un soldado con pies de artista. “Es un jugador de talla mundial, uno de los mejores. Lleva una temporada espectacular. Desde su vuelta, está en uno de sus mejores momentos. Ojalá siga así, es nuestro mejor jugador”, declaraba tras el partido un Koke que es su gran amigo y confidente en el vestuario.

“Quiero a la persona que es Griezmann, pero valoro al futbolista. El beso es más para el futbolista por el compromiso. Tuvo años maravillosos, eligió irse, entendió que tenía que volver, le costó en su regreso encontrarse con el Griezmann que conocemos. Pero con trabajo, con liderazgo, con saber esperar... Estamos hablando de un campeón del mundo, siempre tiene algo diferente. Nosotros lo tenemos aquí. Desde su compromiso y gestión en el juego nos hace mejores”, indicaba Simeone. Griezmann vuelve a ser Griezmann. Y es un jugador extraordinario, que mejora todo lo que le rodea, que es feliz, vive con una sonrisa perenne y vuelve a codearse en la élite. Con su próximo gol se volverá a situar en doble-doble (más diez goles y diez asistencias) por quinto curso en su carrera. En 2018, el francés declaraba en AS sentirse cerca de esa mesa que ocupaban Messi y Cristiano como la élite de LaLiga. Un techo que probablemente será inigualable para nadie. Ahora, sin argentino y portugués, ha quedado un vacío. Benzema, Lewandowski, Pedri, Vinicius... concentran las portadas. Pero Griezmann ha recuperado su mesa propia. Y es una mesa maravillosa.